Como parte de la reciente ofensiva, las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia habrían atacado y destruido algunos de los aeródromos que Ucrania está poniendo a punto para operar a los cazas F-16 Fighting Falcon. Para los ataques se utilizó el sistema de armas hipersónico 9-A-7760, misiles que representan todo un desafío para las defensas antiaéreas locales.
De acuerdo con lo informado por diversos medios rusos, el pasado 22 de marzo se supo que uno de los ataques rusos alcanzó al aeródromo militar en la ciudad de Starokonstantinov, en la región de Khmelnitsky, base aérea donde se estaban llevando a cabo los preparativos para recibir a los cazas F-16.
Otro de los objetivos se emplaza en la región de Lviv, al oeste de Ucrania. Se habría tratado de otro aeródromo que se encuentra próximo a la ciudad de Stryi. Tras el ataque de los misiles, diversos reportes mencionaron explosiones e incendios. De ambos incidentes no han trascendido imágenes o videos.
Conforme a lo detallado por fuentes rusas, los misiles hipersónicos Kinzhal y otros misiles crucero impactaron un aeródromo militar y una base defensa antiaérea, depósitos de combustible y lubricantes, así como infraestructuras energéticas.
El ataque a aeródromos forma parte de la estrategia rusa para negar a la Fuerza Aérea Ucraniana la infraestructura necesaria para operar a los cazas F-16, aeronaves que se espera lleguen al país para el mes de junio. Uno de los aspectos de mayor relevancia relacionado con la incorporación de los cazas de origen estadounidense es la importancia de contar con las instalaciones para poder operarlo y realizar algunas tareas de mantenimiento.
Desde diversos sectores se advirtió que, pese a que los F-16 son más modernos y aportan mayores capacidades a la Fuerza Aérea Ucraniana, el sistema de armas demanda una mejor infraestructura para operar adecuadamente. Esto incluye desde pistas pasando por instalaciones en las cuales se puedan llevar adelante los trabajos periódicos de mantenimiento.
La llegada de los cazas F-16 Fighting Falcon será uno de los puntos críticos para Ucrania en el 2024, ya que se espera que estas aeronaves no solo permitan recuperar parte de las pérdidas sufridas por la Fuerza Aérea Ucraniana, sino que también aportarán nuevas capacidades gracias al armamento aire-aire y aire-superficie que portarán.
Actualmente, pilotos y personal técnico ucraniano está entrenando y siendo formado en Dinamarca y EE.UU. A este núcleo inicial se le irán sumando con el paso del tiempo nuevos contingentes a medida que se vayan incorporando personal de vuelo que está siendo formado y adiestrado por diversos países.
En cuanto a los cazas, tanto Dinamarca, Noruega como los Países Bajos han comprometido la entrega de más de 40 F-16A/B MLU Fighting Falcon, con la posibilidad de que esta cantidad se incremente con el posible aporte de Bélgica y algún otro país aliado. Los F-16 ucranianos tendrán la difícil misión de intentar disputar la superioridad aérea que las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia han establecido en ciertos sectores, a la vez que serán las plataformas para ejecutar ataques con misiles de largo alcance, siempre y cuando los mismos sean provistos.
Imagen de portada ilustrativa. Créditos: MinDef Rusia.
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