Incertidumbre en Venezuela a un mes del plazo establecido por Estados Unidos para la suspensión de sanciones

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A un mes del plazo establecido por Estados Unidos para la suspensión de sanciones a Venezuela, como petróleo o gas, la incertidumbre se acreciente en relación con la decisión que tomará el Gobierno de Biden. Este último condiciona la extensión del alivio a los pasos que dé Caracas para asegurar unas elecciones presidenciales “competitivas” en julio.

Children cross a street in the Jose Felix Ribas neighborhood of the Petare slum in Caracas, Venezuela. Photographer: Ignacio Marin/Bloomberg

Durante los últimos días, Estados Unidos apuntó principalmente a la participación en las elecciones – previstas para el próximo 28 de julio – de la candidata opositora María Corina Machado. Cuya inhabilitación hasta el año 2036 para ocupar cargos de elección popular suscitó controversia tanto en el escenario regional como internacional.

Sin embargo, pese a las presiones, el Gobierno venezolano reiteró su independencia y rechazó someterse “a las directrices de Washington”. Este rechazo se acentuó tras la decisión de la administración de Joe Biden de restablecer las sanciones al sector del oro en enero, como represalia por la ratificación de la inhabilitación de Machado por parte del Tribunal Supremo de Justicia.

En este contexto, la incertidumbre sobre el futuro de Venezuela llevó a proyecciones económicas divergentes, con algunos expertos anticipando un menor crecimiento si las medidas son restablecidas. Mientras que el Gobierno de Nicolás Maduro confía en un crecimiento del 8 %, “con sanciones o sin sanciones”.

Incertidumbre con la decisión de Biden

El economista Luis Oliveros explicó al medio EFE que existe mucha incertidumbre y señaló que aunque Estados Unidos amenaza con retomar las sanciones, no está claro cuáles serían exactamente. Pese a que anteriormente consideraba factible una extensión del alivio a partir del 18 de abril, ahora prevé “alguna reversión en el tema de la flexibilización” ante los recientes acontecimientos políticos.

Además, advierte que a Joe Biden – convertido en candidato demócrata a las presidenciales de noviembre – “no le conviene” imponer nuevamente las sanciones petroleras a Venezuela, que cuenta con una reserva de 300.878 millones de barriles de petróleo. Es por ello que el escenario que se ve más probable es uno en el que Estados Unidos “retome algunas sanciones” sin que el sector petrolero “se afecte de manera importante”.

A pesar de este panorama incierto, Venezuela mantiene un crecimiento sostenido en la producción petrolera, promediando alrededor de 762,000 barriles por día en septiembre. El país se enfocó en un plan que fortalezca sus alianzas internacionales en el ámbito energético, aunque la vuelta de las sanciones podría alterar significativamente este escenario.

Búsqueda de un “Plan B”

El diputado chavista Ramón Lobo, quien anteriormente se desempeñó como ministro de Economía, expresó que Venezuela continuará avanzando en la recuperación de su aparato productivo. Independientemente de las circunstancias que se presenten, basándose en la acumulación de experiencias de los últimos ocho años y en un entorno internacional más favorable.

Por su parte, el ministro de Petróleo, Pedro Rafael Tellechea, afirmó el pasado mes de febrero que Venezuela posee una industria robusta capaz de hacer frente a cualquier situación. Destacando que se encuentra preparada para afrontar la posibilidad de que Estados Unidos imponga más sanciones.

En lo que va del 2024, el país firmó acuerdos de cooperación con países como Turquía, Indonesia y Burkina Faso. Mientras que en simultáneo busca fortalecer sus relaciones con inversionistas brasileños en el sector petrolero y mejorar la alianza energética con Irán.

Según la opinión de Oliveros, estas medidas muestran que el Gobierno venezolano está explorando alternativas y estrategias adicionales – una suerte de “plan B” – frente a posibles escenarios futuros. Sin embargo, advirtió que cualquier retorno de las sanciones sería perjudicial para la economía del país.

En línea con esto, explicó que el esquema de sanciones afecta los presupuestos de inversión de varias empresas privadas y genera expectativas negativas en la economía venezolana. Asimismo, las sanciones petroleras limitan el acceso al mercado occidental, obligando a Venezuela a buscar compradores en Asia, lo que implica descuentos y altos costos de envío. Esto, a su vez, podría llevar a que las empresas con operaciones en Venezuela reduzcan o detengan sus actividades, impactando la producción.

Fuente: EFE Noticias

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Equipo de redacción de El Estratégico

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