En el marco de la expansión de su flota de aviones destinados al combate contra incendios forestales, la compañía canadiense Coulson Aviation confirmó el pasado 11 de abril la adquisición de los cuatro aviones de transporte Hércules C-130H dados de baja recientemente por la Real Fuerza Aérea de Nueva Zelanda (RNZAF), por un monto 9 millones de dólares neozelandeses. Con esta operación, la flota total de Coulson pasará a contar con diez aeronaves dedicadas a la lucha contra incendios forestales en Norteamérica, como en otras parte del mundo que lo requieran.
En un contexto global donde el cambio climático representa una amenaza tan apremiante como los conflictos armados, los incendios forestales han adquirido una frecuencia e intensidad cada vez mayores. Esta tendencia exige una capacidad de respuesta superior, donde plataformas como los Hércules C-130H surgen como una de las soluciones más eficaces para dar respuesta a estos desafíos.
Al respecto, los C-130H, como los empleados por la firma canadiense,se destacan por su capacidad para transportar entre 4.000 y 5.000 galones (15.000 a 19.000 litros) de retardante por descarga, lo cual les permite cubrir grandes superficies en una sola pasada. Su autonomía prolongada les permite operar en misiones de larga duración y es capaz de despegar y aterrizar en pistas cortas o no preparadas, una característica clave para operar en zonas remotas o de difícil acceso. Además, su rendimiento ha superado ampliamente al de helicópteros y aviones más pequeños, consolidándolos como una herramienta estratégica en incendios de gran escala, como los que afectan recurrentemente a California, Australia o la Amazonía.
En palabras de Britton Coulson, presidente y director de operaciones de la compañía: “Esta adquisición representa otro hito importante para Coulson Aviation y el futuro de la extinción de incendios aéreos. Estas aeronaves siguen mejorando nuestra capacidad de respuesta rápida y eficaz a los incendios forestales en todo el mundo, salvando vidas, protegiendo comunidades y salvaguardando recursos naturales y económicos cruciales. Con los cuatro C-130H adicionales a nuestra flota, reafirmamos nuestro compromiso de liderar la industria con los grandes aviones cisterna más capaces y de mayor rendimiento del mundo.”
La decisión de ampliar la flota también responde al envejecimiento progresivo de muchas de las aeronaves empleadas tradicionalmente en misiones de combate de incendios, como los P-3 Orion, los DC-10 y el Boeing 747 Supertanker —este último retirado en 2019—, los cuales se acercan al final de su vida útil. La incorporación de los C-130H neozelandeses permitirá a Coulson reemplazar plataformas obsoletas por aeronaves más robustas, versátiles y fácilmente modificables, especialmente considerando que la compañía ya opera otros modelos como los C-130Q/L-382 (versiones civiles del Hércules), adaptados para misiones de extinción aérea mediante sistemas como MAFFS II y RADS-XXL.
Los aviones, que fueron reemplazados en la Real Fuerza Aérea de Nueva Zelanda por los más modernos C-130J-30 Super Hércules, serán trasladados a la base de Coulson en Thermal, California, donde se someterán a un proceso completo de conversión y modernización para adaptarlos a sus nuevas funciones. Cabe destacar que Coulson es una de las pocas empresas a nivel mundial que opera Hércules especialmente modificados para tareas de extinción aérea, con una reputación bien consolidada en operaciones de ataque inicial y apoyo extendido.
En palabras de Britton Coulson: “Todos hemos observado la tendencia de incendios cada vez más intensos y destructivos en los últimos años, comenzando con Lahaina (Maui) en 2023, seguido por Malibú (California) en 2024/2025. En días marcados por un comportamiento extremo del fuego, son los grandes recursos como los C-130 y los CH-47 los que realmente pueden marcar la diferencia.”
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