Múltiples analistas internacionales afirman que China es el país que más se ha beneficiado de los cambios en política exterior de EE.UU. con respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania. Las conclusiones nacen luego de una reciente votación en Naciones Unidas (ONU), donde el representante de Washington apoyó una moción de su homólogo ruso en contra de una resolución que condenaba la invasión a Ucrania.
Esta demostración diplomática ha llevado a los expertos a pensar que, efectivamente, se trata de un “cambio fundamental” en torno a las políticas de la administración Trump. Principalmente porque, de continuar de esta manera, algunos Estados podrían “perder su confianza” en EE.UU. y buscar socios alternativos, como China.
¿Tambalea la presencia de EE.UU. en el mundo?
La postura de Donald Trump en materia de política exterior es considerada por vastas naciones occidentales como un sobresalto histórico. Puntualmente, el mandatario ha buscado imponer aranceles contra sus aliados de la OTAN, la adquisición de Groenlandia por la fuerza, o la posesión de reservas de minerales ucranianos; en conjunto, estas medidas han causado conmoción en Occidente.
James Bindenagel, ex diplomático estadounidense de alto rango, considera que “la pérdida de confianza en Estados Unidos crea un vacío, y es probable que ese vacío se llene con la cooperación entre Moscú, Pekín, Pyongyang e Irán”. Según el experto, la lejanía de Trump crea “una oportunidad para que Pekín intente atraer a Europa aún más a su órbita”.
Dentro de la administración Trump, los funcionarios creen en el enfoque de “América primero” que propone el presidente. En palabras de Brian Hughes, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, “prioriza lo que es mejor para los intereses de Estados Unidos”. Sin embargo, diversos líderes consideran que Trump es “indiferente” a las democracias del mundo y que el “efecto Trump” está empezando a verse en distintas partes del globo.
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