El avión supersónico X-59 de la NASA, construido por Lockheed Martin, acaba de realizar unas impresionantes pruebas de postcombustión, un sistema que inyecta combustible en el escape caliente de un motor a reacción.
Lockheed Martin ha estado construyendo el X-59 para la NASA como parte de un proyecto para desarrollar un avión supersónico “silencioso” que pueda romper la barrera del sonido sin producir estruendosos estampidos sónicos.
“El X-59: precisión, potencia y excelencia en ingeniería, todo en exhibición completa”, dijo Lockheed Martin en una publicación en X junto a una fotografía.
En dicha foto, el X-59 se encuentra en un hangar en las instalaciones de Lockheed Martin en Skunk Works en Palmdale, California, mientras realiza las ya mencionadas pruebas de funcionamiento del motor.
Las pruebas tenían como objetivo verificar el rendimiento del motor a reacción General Electric F414-GE-100 del X-59, una versión modificada del motor utilizado en el F/A-18 Super Hornet de Boeing que utiliza la Marina de Estados Unidos.
“Haciendo funcionar el motor, un F414-GE-100, con postcombustión permitirá que el X-59 cumpla con sus requisitos de velocidad supersónica. La prueba demostró la capacidad del motor para funcionar dentro de los límites de temperatura y con un flujo de aire adecuado para el vuelo”, escribió la NASA.
Según la agencia espacial, las pruebas también verificaron qué tan bien se desempeñaba el motor con los otros subsistemas de la aeronave.
¿Por qué la NASA se interesa en este tipo de avión?
Por el momento, aún no hay una fecha para realizar pruebas en aire, aunque sí se sabe que, cuando se concreten, la NASA volará un F-15 detrás del X-59 equipado con sondas de aire que medirán las ondas de choque producidas por el X-59 cuando rompa la barrera del sonido.
Luego, la NASA planea hacer volar el X-59 sobre áreas residenciales de Estados Unidos con el fin de recopilar datos sobre la reacción del público y la percepción de los “golpes” más silenciosos que produce cuando está en vuelo supersónico.
El X-59 fue desarrollado como parte del programa Quesst (Quiet SuperSonic Technology) de la NASA, ya que el vuelo supersónico sobre áreas pobladas ha estado prohibido durante décadas debido a lo perturbadores que son los estruendos para el público en tierra.
Pero, si el programa Quesst tiene éxito, el vuelo supersónico podría estar una vez más disponible para fines comerciales.
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