La renovación de su armamento portátil, una de las tantas necesidades de las Fuerzas Armadas argentinas

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Desde Zona Militar hemos abordado recientemente una serie de artículos sobre los proyectos más relevantes de las Fuerzas Armadas argentinas para el 2025, iniciativas sobre las cuales hay al menos intenciones de dar los primeros pasos o brindar un marco para que puedan ejecutarse en el mediano plazo. Sin embargo, uno punto crítico por resolver es el de renovar el armamento portátil de las tres Fuerzas.

Vale destacar que las Fuerzas Armadas argentinas no encaran un proyecto de renovación conjunto de gran magnitud desde hace décadas, siendo el armamento portátil uno de los ejemplos más notorios. A la fecha, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea Argentina mantienen en dotación pistolas, fusiles y ametralladoras que fueron adquirido hace décadas, épocas en las cuales aún se podían poner en marcha planes de reequipamiento de relevancia.

Analizando el material de dotación actual, y salvo algunas excepciones, el armamento portátil de la Fuerzas Armadas de Argentina deja en evidencia varios aspectos: la imposibilidad de haber podido encarar planes de modernización o reemplazo de magnitud; pese a su nobleza, gran parte del material es vetusto y de diseño anticuado; el acierto oportuno, así como la necesidad de mantener una homogeneidad de armamento entre las Fuerzas, tal como se aprecia actualmente (pese a su veteranía).

En estos últimos años, las Fuerzas Armadas lograron avanzar con mucho esfuerzo en algunos proyectos para actualizar su armamento portátil. El caso más relevantes es el de las unidades de operaciones especiales del Ejército, Fuerza Aérea e Infantería de Marina, elementos que lograron incorporar material siguiendo los lineamientos de uniformidad y estándares actuales. Así fue como el Ejército y la Fuerza Aérea recibieron mismas líneas de fusiles 5,56mm, ametralladoras ligeras 5,65mm, pistolas, ópticas, entre otros. En el caso de la Agrupación Comandos Anfibios, pese a que la modernización fue más limitada, la unidad fue la que dio los primeros pasos en la iniciativa.

Los objetivos de estandarizar el armamento son elementales: compatibilidad de material, contar con mismas cadenas logísticas, de mantenimiento y adiestramiento, e incrementar la interoperabilidad. Pese a que aún faltan cubrir nichos y avanzar en nuevos proyectos, las unidades especiales de las Fuerzas Armadas dieron pasos importantes en este sentido, asociado con la modernización de sus capacidades.

El Ejército Argentino propuso dar un paso adicional con el proyecto de adquisición de sistemas de armas para sus unidades de cazadores, contemplando similitudes con las experiencias obtenidas durante el procedo de modernización de la Fuerza de Operaciones Especiales. Vale recordar que la Fuerza inició en 2022 diversos procesos licitatorios para la compra de armamento y dispositivos complementarios: 220 pistolas Glock 17 Gen5, 18 fusiles semiautomáticos 7,62mm para tiradores especiales, 169 fusiles de asalto 7,62mm, 10 ametralladoras ligeras 5,56mm, 20 ametralladoras ligeras 7,62mm, casi 90 visores nocturnos y 76 sistemas de puntería láser. El material oportunamente adjudicado va en líneas similares con los sistemas de armas de dotación de la FOE, armamento que se espera pueda incorporarse en algún momento…

Pensando en un proyecto conjunto

Teniendo en cuenta los antecedentes y requerimientos mencionados, sumado a la intención de la actual administración por re-equipar a las Fuerzas Armadas, no sería descabellado pensar en un proyecto conjunto a los fines de reemplazar el armamento portátil de las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, en este caso no solo hablamos de un proyecto de gran magnitud, obligado a contar con una sólida base técnica (previa y durante un potencial proceso de evaluación), sino que además deberá ser capaz de sostenerse en el tiempo y complementarse con otras iniciativas tales como adquisición de accesorios, munición adecuada (punto crítico), capacitación y adiestramiento (otro punto clave), entre otros.

Haciendo un breve repaso por el armamento de dotación que podría ser reemplazado por un proyecto conjunto para adquisición de armamento portátil, podemos mencionar pistolas FM, fusiles FAL y FAP (los sobrevivientes de este último modelo), ametralladoras MAG (las más veteranas, ya que se ha incorporado material nuevo de la línea MAG/M240) y varios modelos de pistolas ametralladoras. Aprovechando una iniciativa de esta magnitud, también se podría considerar armamento o accesorios que hoy casi no existen en las Fuerzas Armadas argentinas, como es el caso de sistemas ópticos o lanzagranadas de 40mm, entre otros.

De avanzar, hablamos de una compra de decenas de miles de pistolas, fusiles, ametralladoras, etc, por lo que sin duda estamos frente a un proyecto que demandará varios años para ejecutarse y, de marchar todo acorde a lo previsto, completarse. Por una cuestión de volumen, el principal beneficiario será el Ejército Argentino, seguido por la Infantería de Marina.

En cuanto a los posibles candidatos (tanto fabricantes como modelos), no es intención de este artículo abordar esta cuestión. Pero si podrían tenerse en cuenta las recientes experiencias locales con armamento y accesorios adquiridos en los últimos años, lo que ofrece el mercado, facilidades propuestas por proveedores, y un largo etcétera.

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Equipo de redacción de El Estratégico

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