Buscando mantener vigentes y actualizadas las capacidades de su principal avión de combate de quinta generación, la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) ha adjudicado a Lockheed Martin un nuevo contrato de modernización para los F-22 Raptor. Más en detalle, este contrato comprende la instalación e integración en el caza furtivo del nuevo sistema de sensores infrarrojos de búsqueda y seguimiento (IRST) TacIRST desarrollado por la firma estadounidense.
A lo largo de las últimas décadas, el F-22 Raptor se ha constituido como el más formidable caza de quinta generación destinado a misiones de superioridad aérea. No obstante, el surgimiento de aviones de combate furtivos en naciones adversarias, como el J-20 de China y el Su-57 de Rusia, ha provocado que la Fuerza Aérea de EE. UU. busque y evalúe propuestas para incrementar las capacidades de furtividad, protección y detección del Raptor.
Uno de los puntos débiles del F-22 señalado por diversos especialistas es que la aeronave de quinta generación, por razones presupuestarias durante su desarrollo (YF-22), dejó de lado la integración de un sistema de sensores infrarrojos de búsqueda y seguimiento (IRST). Esta falencia en términos de capacidades de detección se ha ido incrementando con el correr de los años debido a la aparición de los mencionados cazas furtivos chinos y rusos.
Por lo menos desde la década de 2010, la USAF viene evaluando propuestas para equipar a sus Raptors con estas tecnologías, ya sea por medio de su integración en secciones del fuselaje o a través de la instalación de nuevos pods externos de diseño furtivo. A finales de marzo de 2024, se registró una serie de imágenes que daban cuenta de la realización de un vuelo de pruebas donde un F-22 se encontraba equipado con nuevos tanques externos de combustible y pods debajo de sus planos. Una de las hipótesis barajadas en dicha ocasión mencionó que estos podrían alojar nuevos sensores IRST, sistemas de comunicaciones y contramedidas electrónicas.
Regresando al comunicado oficial de Lockheed Martin publicado en la jornada de ayer, 22 de enero, la empresa confirmó la adjudicación de un nuevo contrato valuado en 270 millones de dólares para equipar a los F-22 de la USAF con el nuevo sistema TacIRST.
“Entendemos la necesidad de sistemas infrarrojos avanzados y versátiles como el IRDS, que harán que las misiones de los pilotos sean más seguras y letales frente a adversarios actuales y futuros“, indicó Hank Tucker, vicepresidente de Sistemas de Misiones en Lockheed Martin. “Estamos comprometidos a apoyar a la Fuerza Aérea mediante la innovación continua de capacidades para disuadir y derrotar amenazas en evolución“.
Por su parte, Justin Taylor, vicepresidente del programa F-22 en Lockheed Martin, añadió: “En Lockheed Martin estamos orgullosos de continuar colaborando con la Fuerza Aérea en los esfuerzos esenciales de modernización del Raptor, aprovechando nuestra experiencia en aeronaves de Quinta Generación y sistemas de supremacía aérea para integrar capacidades que garanticen una superioridad aérea estadounidense ininterrumpida hoy y en el futuro“.
Al día de la fecha, desde la firma no han brindado mayores detalles sobre cómo será el proceso de instalación e integración del sistema TacIRST en los F-22, especulándose diversas posibilidades, tanto para ser integrado en el fuselaje de la aeronave como externamente por medio de pods subalares. No obstante, han mencionado que el nuevo equipo forma parte del novedoso Sistema Infrarrojo Defensivo (IRDS), presumiendo que podría funcionar con otros equipos actualmente presentes en el avión furtivo.
Actualmente, e independientemente de cómo Lockheed Martin realice la integración del TacIRST, debe mencionarse que la presencia de los sistemas IRST se ha convertido en un equipo mandatorio en los más modernos aviones de combate, proveyendo instantáneamente el ángulo y la orientación de un objetivo o amenaza, trabajando de forma activa o pasiva y complementándose con los sistemas de autoprotección y radares.
La razón de esta complementariedad con otros sensores se debe a la ventaja que presentan para operar en ambientes altamente disputados, donde el accionar de sistemas de interferencias electrónicas está a la orden del día. Además, teniendo en cuenta la mayor presencia de cazas furtivos diseñados para evadir la detección de radares, los sistemas IRST poseen la capacidad de detectar a grandes distancias dentro del espectro infrarrojo, sin importar los diseños de las aeronaves que buscan reducir su sección transversal de radar. También se destaca la casi nula incidencia que los sistemas de guerra electrónica podrían tener en su funcionamiento, a diferencia de los radares tradicionales.
Por último, y teniendo presente las vicisitudes que enfrenta el programa NGAD, el cual busca el desarrollo de un caza de sexta generación, es presumible que los F-22 Raptor deban operar por más años al servicio de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Esto hace inferir que las capacidades del aún más formidable caza de superioridad aérea en servicio continúen evolucionando.
*Fotografías empleadas a modo de ilustración.
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