El pasado lunes, la emisora pública de Finlandia Yle informó que un tribunal del país ordenó la incautación del buque petrolero Eagle S., sospechoso de dañar cables submarinos cruciales en el mar Báltico. Según lo comunicado, el buque enarbola a las Islas Cook y el 25 de diciembre del año pasado dañó el cable EstLink 2, que une Finlandia y Estonia, además de otras líneas de telecomunicaciones.
Para las autoridades finlandesas, el Eagle S. forma parte de la “flota de la sombra” de Rusia: un conjunto de buques de transporte de petróleo embargado. Si bien estas sospechas no se han confirmado, la orden de embargo del tribunal de distrito de Helsinki buscará dar más claridad a los hechos.
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La demanda, presentada por los propietarios Fingrid y Elering, alegan responsabilidad por daños y perjuicios a la empresa Caravella, propietaria del Eagle S. El reclamo sigue activo luego de que el tribunal de Helsinki rechazara a principios de mes la petición de Caravella de levantar la orden de embargo, basándose en que la policía finlandesa descubrió un rastro procedente del ancla del buque que se extendía varias decenas de kilómetros por el lecho marino.
Corte de cables submarinos: “accidentes” por parte de buques occidentales, “sabotajes” si son buques orientales
Frente a las recientes novedades, funcionarios de inteligencia estadounidenses y europeos comunicaron que los daños a los cables submarinos en el Mar Báltico de los últimos meses han sido probablemente resultado de accidentes marítimos, no de un sabotaje. Los daños sufridos por el EstLink 2 se suman a una serie de incidentes en el Báltico, como los daños a cables de telecomunicaciones suecos en octubre. No obstante, siempre fueron considerados como actos de “sabotaje” por parte de empresas rusas o chinas.
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El EstLink 2 se cortó a finales del año pasado entre Finlandia y Estonia, casi al mismo tiempo que cuando se cortaron tres cables de Internet que conectaban a los dos países. En su momento se creía que Rusia estaba detrás de estos incidentes, aunque las autoridades incautaron el Eagle S. a finales de diciembre.
De manera similar, en el mes de noviembre se comenzó a especular que un barco chino había sido el responsable de arrastrar un ancla para cortar dos cables submarinos en el Báltico. Aún no hay confirmaciones por parte de los investigadores, aunque la situación provocó que la OTAN lanzara un nuevo programa militar para fortalecer la infraestructura submarina en la región.
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