¿Cómo funciona la regulación de Estados Unidos sobre los chips de IA?

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El gobierno de Estados Unidos anunció que emitirá una nueva regulación destinada a controlar la exportación de chips y tecnología de inteligencia artificial (IA) diseñados en el país, en un esfuerzo por reforzar su liderazgo tecnológico y salvaguardar la seguridad nacional.

Estas medidas están dirigidas principalmente hacia ciertos países estratégicos, buscan mantener el dominio en áreas tecnológicas críticas mientras controlan su proliferación en mercados que podrían representar riesgos geopolíticos.

¿Qué establece la regulación?

El Departamento de Comercio de Estados Unidos, a través de su Oficina de Industria y Seguridad (BIS), ha ampliado las restricciones a la exportación de semiconductores de última generación. Estos componentes son fundamentales para el desarrollo de sistemas avanzados de IA y supercomputación.

Las regulaciones también incluyen restricciones sobre herramientas de diseño y fabricación de chips, esenciales para la producción de hardware de vanguardia.

La normativa busca restringir el acceso a tecnologías que podrían usarse con fines militares o para desarrollar competencias estratégicas en países rivales. China, por ejemplo, es uno de los principales destinatarios de estas limitaciones, debido a su crecimiento en IA y computación cuántica.

¿Qué chips están restringidos?

La reglamentación limita la exportación de chips conocidos como unidades de procesamiento gráfico (GPU). Aunque fueron creados para acelerar la representación de gráficos, la capacidad de estos dispositivos para procesar múltiples fragmentos de datos a la vez los hace fundamentales para entrenar y ejecutar modelos de IA.

En general, los algoritmos de inteligencia artificial requieren una gran cantidad de GPUs para su entrenamiento. Esta cantidad varía según la potencia de las unidades de procesamiento, el tamaño del motor de IA y cuánto tiempo se le dedica al perfeccionamiento.

Por ejemplo, el modelo ChatGPT de OpenAI se mejora utilizando decenas de miles de GPUs.

Producción de chips GPU.
Producción de chips GPU.

¿Cómo controla EE.UU. el acceso a la IA?

Para controlar cómo se distribuye la tecnología de inteligencia artificial a nivel mundial, Estados Unidos ha establecido límites a la exportación de GPUs según su potencia de cálculo. Esta característica se cuantifica mediante una métrica llamada rendimiento total de procesamiento (TPP).

La nación norteamericana ha fijado un límite de 790 millones de TPP hasta 2027, lo que equivale a aproximadamente 50 mil GPUs de alta potencia.

Como referencia, con tantas unidades se podrían realizar investigaciones avanzadas o gestionar grandes empresas que usen IA, como los sistemas de recomendación de Amazon o Netflix.

Excepciones y restricciones especiales

Como era de esperarse, no todos los países se verán igualmente afectados. De hecho, las restricciones afectan principalmente a los estados considerados “en riesgo” de usar esta tecnología para fines militares o estratégicos.

Algunas empresas, como Amazon Web Services y Microsoft Azure, pueden obtener una “licencia especial” que les permite superar estos límites, siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos. Así, las autoridades estadounidenses pueden monitorear quién está usando esta tecnología.

Además, si una institución solicita un número reducido de GPUs, por ejemplo, unos 1.700 ejemplares, no estará sujeta a los límites establecidos y solo necesitará notificar al gobierno. De este modo, se facilita el envío de chips a universidades, hospitales y centros de investigación que no representan un riesgo de seguridad.

Asimismo, también existen excepciones para las unidades de procesamiento que se destinen a la industria de los videojuegos. Estas no entran bajo la normativa y pueden ser adquiridas sin mayores trámites.

¿Qué lugares pueden obtener chips de IA ilimitados?

Dieciocho destinos están exentos de los límites por país sobre GPUs avanzadas, fundamentalmente por su colaboración con EE.UU. en temas de defensa, seguridad y desarrollo tecnológico.

Estos son: Australia, Bélgica, Reino Unido, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Japón, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Corea del Sur, España, Suecia y Taiwán, además de Estados Unidos.

Implicancias para la industria tecnológica

Las nuevas regulaciones están generando una respuesta mixta en la industria.

Por un lado, gigantes como NVIDIA e Intel, que producen chips de alto rendimiento, podrían enfrentar limitaciones en mercados clave, afectando sus ingresos internacionales.

Por otro lado, estas medidas podrían estimular la innovación interna, ya que se busca fomentar la producción nacional y reducir la dependencia de cadenas de suministro extranjeras.

Además, países aliados como Japón y los Países Bajos, han comenzado a implementar regulaciones similares. Esto que sugiere un esfuerzo coordinado para controlar la exportación de tecnología sensible.

En lo que respecta particularmente a la industria de la inteligencia artificial, estas políticas están configurando un panorama tecnológico polarizado, donde las capacidades avanzadas de IA podrían concentrarse en un grupo reducido de naciones.

Al respecto, surgen interrogantes sobre el acceso equitativo a herramientas que transformarán industrias como la medicina, la educación y la defensa.

Críticas y desafíos

Expertos y defensores del libre comercio advierten que las restricciones podrían ralentizar la innovación global. También podrían fomentar ecosistemas tecnológicos paralelos en países afectados por las medidas.

Por otro lado, algunos argumentan que las regulaciones son necesarias para evitar que la tecnología de IA sea utilizada de manera irresponsable o en detrimento de la estabilidad global.

¿Qué sigue?

En el corto plazo, Estados Unidos planea fortalecer la cooperación con aliados para garantizar el cumplimiento de las nuevas normativas. Al mismo tiempo, proyecta invertir en programas de investigación y desarrollo locales.

El objetivo es doble: proteger su ventaja tecnológica y evitar que otros países lideren en áreas estratégicas de la inteligencia artificial.

A medida que estas regulaciones comiencen a tener efecto, el mundo observará cómo esta estrategia remodelará la competencia tecnológica global, marcando el inicio de una nueva era en la geopolítica de la innovación.

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Equipo de redacción de El Estratégico

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