Según un análisis reciente publicado por el periodista estadounidense Joshua Keating en el medio Vox, China podría optar por tácticas en las llamadas zonas grises para atacar a Taiwán, en lugar de lanzar una ofensiva militar a gran escala. Este enfoque responde, en gran medida, a las desventajas geográficas que representa la isla para el Ejército Popular de Liberación de China (EPL).
Las posibles acciones de Pekín en este escenario han sido objeto de análisis constante en Estados Unidos, donde aumenta la preocupación por una eventual invasión china en los próximos años. Sin embargo, un informe publicado en enero por expertos en seguridad de Taiwán y Estados Unidos señala que, aunque una invasión total es poco probable, la posibilidad de un bloqueo marítimo o digital es cada vez más real.
Un bloqueo estratégico
Keating plantea que el EPL podría imponer un bloqueo estratégico interrumpiendo el comercio hacia Taiwán. Según el periodista, esta táctica buscaría forzar la capitulación de la isla sin necesidad de recurrir a un conflicto abierto. “El Ejército Popular de Liberación no tiene que interceptar barcos comerciales. Podrían emplear a la Guardia Costera o a la milicia marítima para retrasarlos durante dos o tres semanas. No necesitan hundir o destruir esos barcos, solo desviarlos para inspecciones, por ejemplo, a la isla de Hainan”, explicó uno de los expertos entrevistados en su artículo.
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China ya ha demostrado que su Guardia Costera puede llevar a cabo múltiples misiones, desde proyectar influencia en Filipinas hasta operar en el Ártico. Este tipo de acciones permitirían a Pekín ajustar la presión de acuerdo con las circunstancias, mientras dificulta la intervención de Estados Unidos y otras potencias regionales debido al carácter ambiguo de las operaciones en zonas grises.
Presión económica y coerción cibernética
Además del bloqueo marítimo, algunos especialistas consideran que el gigante asiático podría combinar medidas de presión económica con tácticas de coerción cibernética. Esto incluiría la implementación de un “bloqueo digital” para paralizar la economía taiwanesa, altamente dependiente de la conectividad global.
El artículo también menciona la experiencia de Rusia en Ucrania como una advertencia de que los países más grandes no siempre logran dominar fácilmente a sus vecinos más pequeños. Sin embargo, un eventual bloqueo o cuarentena podría no ser únicamente una táctica de presión, sino el preludio de una invasión militar.
La geografía, ventaja y desventaja
Aunque la geografía insular de Taiwán proporciona ciertas defensas naturales que Ucrania no posee, también presenta desafíos significativos. Según Keating, reabastecer a la isla en caso de un conflicto sería extremadamente complicado para sus aliados, quienes se enfrentarían al riesgo de poner en peligro sus propias fuerzas si intentan romper un bloqueo impuesto por el gigante asiático.
En definitiva, el artículo plantea que Pekín podría apostar por tácticas híbridas que mezclan coerción económica, cibernética y marítima, poniendo a prueba la respuesta de Estados Unidos y sus aliados en la región del Indo-Pacífico.
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