El 2024 finaliza dejando un panorama complejo para las economías desarrolladas. China, Reino Unido, Francia y Alemania enfrentan obstáculos que afectan sus perspectivas de crecimiento. Desde las dificultades para impulsar el consumo en China, pese a los esfuerzos de estímulo económico, hasta la caída de la producción y el estancamiento en países europeos clave, los desafíos económicos afectaron la política diaria de las naciones desarrolladas. Además, el impacto político y económico del regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos suma incertidumbre a nivel global. En este artículo analizaremos los problemas estructurales y coyunturales que marcan el cierre de este año para las principales potencias mundiales.
China: ¿Donald Trump saboteó el estímulo económico?
El consumo en China no mejora. Pese al pedido expreso de Xi Jinping a toda la política para cumplir con la meta del 5% de crecimiento económico en 2024, el panorama parece adverso. Se publicaron datos sobre la situación económica del país y la producción industrial de China creció 5,4% interanual. Como contrapartida, en los EE.UU. la actividad manufacturera cayó según S&P Global. Si bien esta mejora de los indicadores productivos (como también lo hubo en el sector inmobiliario), no terminan por opacar la baja intención de consumo dentro de China. Hoy, esa es la gran preocupación del Partido Comunista y el mundo. Uno de los principales mercados globales es más reticente a comprar productos de retail, cuando hace pocos años era el destino predilecto de dicha industria.
Trump para la economía es, de facto, el presidente de los EE UU. China ya siente el cambio de presidente, y preocupa la factibilidad del estímulo fiscal que está implementando el gobierno chino. Actualmente, se discute una posible depreciación a 7,5 yuanes por dólar, lo que representaría una caída del 3,5% respecto a los niveles actuales. El Banco Popular de China busca hacer más competitivas las exportaciones del país, uno de los principales puntos fuertes de la economía, en un contexto de poco crecimiento económico.
Reino Unido: cambió el gobierno pero no la economía
Por segundo mes consecutivo, el PBI real del Reino Unido cae. Los pronósticos eran positivos, es decir, de reactivación. Pero los datos emitidos por la Oficina Nacional de Estadística británica establecieron que durante octubre el PBI real cayó un 0,1%. Si bien se buscan chivos expiatorios en la suba de impuestos, la lentitud del Banco de Inglaterra para bajar las tasas de interés generó un impacto moderado en la tendencia bajista de la tasa. En otras palabras, se espera que el Banco continúe bajando las tasas, y por eso los actores económicos son reacios a invertir en la economía real, ya que será más rentable hacerlo en el futuro. Esto se refleja en los datos por sectores económicos. En octubre la industria cayó un 0,6% y la construcción un 0,4%. Los servicios, la punta de lanza de la economía británica, se mantuvieron estancados en el 0%.
Francia y Alemania: Europa necesita crecer
Ambas naciones son los principales drivers de la economía europea. Tanto París como Berlín enfrentan una delicada situación política y económica. Con sistemas políticos distintos, uno semipresidencial y otro parlamentario, sus Jefes de Gobierno cayeron en los últimos días. Ya veníamos adelantando el ambicioso plan de ajuste que planteaba el ex Primer Ministro de Francia, Barnier. Finalmente, terminó siendo su punto final en el Ejecutivo francés. Ahora Bayley, un aliado de Macron, deberá cumplir con la reactivación económica de Francia, y mejorar la situación económica de todo el país.
Alemania estuvo en las últimas semanas en el centro de atención, debido a protestas contra la situación económica. Según varias consultoras, ya son 6 meses de caída de la actividad económica. En marzo destacamos que la economía alemana no estaba en su mejor momento, y desde entonces no pudieron reactivar la economía real ¿El resultado? La caída del gobierno alemán. Scholz no pudo sobrevivir a la moción de censura y en febrero habrá elecciones. Debemos poner el ojo en la derecha alemana, que tiene un campo fértil para conseguir votos de manera fácil. El recorte del gasto público en temas sociales estará en el centro de la agenda, y la Unión Democristiana (CDU) capitalizará a su favor el interés en reducir el presupuesto público.
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