Si bien el foco de las últimas noticias relacionadas con la Armada Argentina estuvieron centradas en las negociaciones con Francia para la recuperación de las capacidades submarinas, la fuerza posee también otros requerimientos de gran importancia. Estos se focalizan en continuar fortaleciendo la presencia de la República Argentina en el Continente Blanco a través de una mayor disponibilidad de medios y capacidades. Una de estas, identificadas por las autoridades navales, es la adquisición de un nuevo Buque Polar que permita complementar al rompehielos ARA Almirante Irízar en las Campañas Antárticas de Verano, ocupando así el vacio dejado por la perdida hace décadas del ARA Bahía Paraíso.
Durante la pasada gestión diversos proyectos fueron iniciados a fin de recuperar esta capacidad. Entre estas se listó la intención de compra de un rompehielos a Australia, el Aurora Australis, la cual no se pudo concretar frente a la desición de la empresa P&O de no enajenar al buque para continuar su operación. La incorporación de este buque de segunda mano tenía como uno de sus objetivos contar con una capacidad que complementará al ARA Almirante Irízar en el apoyo logístico a las CAV, mientras se buscaba avanzar en otro proyecto aún más ambicioso.
Buscando relanzar la fabricación de buques de mayor porte y desplazamiento, al igual que cubrir que los requerimientos de la Armada Argentina, el astillero TANDANOR, dependiente del Ministerio de Defensa, inició los estudios de factibilidad para la construcción local de un Buque Polar. Una de las decisiones seria la de asociarse con la empresa AKER de Finlandia, la cual proveería el diseño base, como el asesoramiento para las futuras etapas del proyecto. Fijado como una prioridad en los pasados Proyectos de Leyes de Presupuestos, estos contemplaban una inversión en la construcción de un monto de US$ 195.000.000,00 con un plazo de amortización de tres años, a través de una operación de crédito público.
Al respecto, en el marco de LAAD 2023, en una entrevista brindada a Zona Militar por representantes del astillero TANDANOR, estos indicaron que: “el proyecto de construcción del Buque Polar para la Armada Argentina se encuentra “ya se encuentra en la etapa de ingeniería con la empresa AKER de Finlandia”. Indicando a su vez que el proyecto se realizará con el acompañamiento de un grupo de estudiantes de ingeniería de universidades nacionales (tales como el ITBA; UBA; UNDEF), de entre los cuales se seleccionarán a los respectivos profesionales que acompañarán todo el proceso de avance del proyecto en Finlandia. En cuanto a la solvencia económica, los fondos se encuentran aprobados desde la Jefatura de Gabinete de Ministros, a través de la financiación que brinda el Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF)”.
Sin embargo, las novedades sobre el avance del proyecto durante el pasado año han sido prácticamente nulas, en el marco del actual interes del gobierno nacional de llevar a adelante la privatización del astillero TANDANOR, al igual que varias empresas más dentro de la órbita del Ministerio de Defensa.
Según lo indicado por fuentes consultadas por Zona Militar, al día de la fecha el Proyecto de Buque Polar avanzó hasta la aprobación de las Fase de Diseño 1 y 2, con la presentación de los respectivos planos. A estas debería haber seguido la Fase de Diseño 3 y 4, la cuales no se realizaron por la falta de pagos a la empresa finlandesa, en una inversión que rondaría los el millón y medio de dólares.
Inclusive, la situación ha generado la visita de la Embajadora de Finlandia, Nicola Lindertz, a funcionarios del Ministerio de Defensa, tal y como da cuenta la reciente reunión que tuvo con el Secretario de Asuntos internacionales de la Defensa, como protagonistas a Juan Battaleme. A través de una publicación en redes sociales, el funcionario expresó que uno de los ejes de la reunión fue “…dialogar sobre la Iniciativa ICE PACT, una oportunidad estratégica para avanzar en la cooperación en producción naval polar”. Añadiendo: “Este encuentro resalta el potencial de Argentina como actor clave en el ámbito antártico y su capacidad para desarrollar proyectos que trascienden fronteras”.
Si bien no se hizo mención explícita a la construcción del Buque Polar en la Argentina, es presumible que cuestiones relacionadas a la situación del Proyecto hayan sido mencionados entre los funcionarios argentino y representantes del gobierno finlandés.
La realidad muestra que, más allá de las reunión y declaraciones, el proyecto se encuentra en una especie de limbo, mientras el gobierno nacional busca avanzar en la privatización de diversas empresas bajo la orbita del Ministerio de Defensa, sin que la cartera presidida por Luis Petri tenga mayor injerencia, tal y como demuestra la situación que atraviesa IMPSA.
También se listan la paralización de otros proyectos que posee el astillero con la Armada Argentina, como es el caso de la conversión a patrullero de la corbeta ARA Parker (un proyecto de una envergadura totalmente menor en comparación), al igual que la construcción de una serie de 12 remolcadores. Pareciera que avanzar en programas navales de mayor envergadura se ha convertido en una utopía para la Argentina, país que supo posee una de las industrias navales más importantes de la región. Mientras tanto nuestros vecinos avanzan en ambiciones programa de construcción y desarrollo de capacidades para sus armadas, como da cuenta la entrega del Buque Polar Almirante Viel y el Proyecto Escotillon IV en Chile; o el Programa de Submarinos, fragatas Tamandaré y de un nuevo buque polar de la Marina de Brasil.
*Fotografías empleadas a modo de ilustración.
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