El gobierno ruso ha lanzado una advertencia directa a Estados Unidos y Japón en respuesta a informes sobre la posible instalación de misiles de mediano alcance en territorio japonés. Según Moscú, este movimiento representaría una amenaza significativa para su seguridad, lo que forzaría al Kremlin a tomar represalias proporcionales para fortalecer sus capacidades defensivas.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, afirmó que estas acciones serían vistas como una intensificación de tensiones en la región, particularmente en torno a Taiwán.
Estas declaraciones surgen tras un informe de la agencia japonesa Kyodo, que reveló que Tokio y Washington están elaborando un plan militar conjunto que incluye el despliegue de misiles en las islas Nansei, al suroeste de Japón, y en Filipinas. Este plan se enmarca en una estrategia para enfrentar una posible emergencia en Taiwán, un punto crítico de tensión en el Indo-Pacífico.
Escalada regional y la doctrina nuclear rusa
La vocera rusa advirtió además que Tokio debería reflexionar sobre las posibles consecuencias de albergar estos misiles, sugiriendo que Japón revise la doctrina nuclear actualizada de Rusia, publicada recientemente. Este documento amplió los escenarios en los que Moscú considera viable el uso de armas nucleares, un claro mensaje disuasivo dirigido tanto a Estados Unidos como a sus aliados en Asia.
Aunque Zajárova evitó detallar dónde podrían ubicarse estas armas, subrayó que la mitad del territorio ruso está en Asia, lo que permite un amplio margen de acción en la región oriental del país.
En línea con estas declaraciones, Rusia ha reafirmado su postura de responder de manera simétrica a cualquier despliegue de misiles terrestres de alcance medio y corto por parte de Estados Unidos en diferentes puntos estratégicos del mundo. La reciente prueba del misil hipersónico Oreshnik en Ucrania, destacada como una señal del potencial militar ruso, parece ser parte de este mensaje disuasivo.
La conexión con Taiwán y las alianzas en Asia
Este intercambio de advertencias ocurre en un contexto de creciente militarización en el Indo-Pacífico, especialmente en torno a la cuestión de Taiwán. Según información publicada recientemente en Escenario Mundial, Estados Unidos considera desplegar tropas y misiles en Japón y Filipinas como parte de un plan para responder a una hipotética guerra entre China y Taiwán.
El posible despliegue de misiles en las islas Nansei y en territorio filipino tiene como objetivo reforzar la capacidad de contención frente a las ambiciones regionales de China. Sin embargo, esta estrategia ha sido vista por Moscú como una provocación que podría desestabilizar aún más la región y aumentar el riesgo de un conflicto militar directo.
Las tensiones entre Rusia, Estados Unidos y sus respectivos aliados en Asia reflejan un escenario global cada vez más polarizado. A medida que crece la militarización en puntos estratégicos como el Indo-Pacífico, las posibilidades de encontrar soluciones diplomáticas parecen disminuir, abriendo paso a una carrera armamentística que amenaza con redefinir el equilibrio de poder internacional.
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Fuente: The Strait Times
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