Pese a los avances científicos, actualmente solo conocemos el 5% de los océanos. Pero, aunque aún nos queda mucho por aprender, la NASA está desarrollando pequeños robots para estudiar los océanos de otros mundos.
Conocidos como robots SWIM (Sensing With Independent Microswimmers), estos robots demostraron una maniobrabilidad impresionante durante pruebas recientes en la piscina del Instituto de Tecnología de California (Caltech).
Empujados por hélices, los robots del tamaño de celulares se dirigieron a sí mismos para mantener el rumbo, ejecutaron un patrón de “cortadora de césped” de ida y vuelta, e incluso deletrearon “J-P-L”, según un comunicado de la NASA.
Los robots buscarán evidencia de vida en el océano que hay debajo de la capa helada de la luna Europa de Júpiter.
En este sentido, estos robots podrían desempeñar un papel clave en la detección de señales químicas y de temperatura que podrían indicar vida extraterrestre.
Un largo camino que recorrer
“La gente podría preguntarse, ¿por qué la NASA está desarrollando un robot submarino para la exploración espacial?”, dijo Ethan Schaler, investigador principal del proyecto en el JPL.
“Es porque hay lugares al que queremos ir en el sistema solar para buscar vida, y creemos que la vida necesita agua”, agregó.
Además, Schaler explicó que “necesitamos robots que puedan explorar esos entornos, de forma autónoma, a cientos de millones de km de casa”.
Los últimos prototipos son de plástico impresio en 3D, poseen motores y componentes electrónicos baratos y fabricados comercialmente.
Con el tiempo, estos nadadores robóticos también estarán equipados con sistemas inalámbricos de comunicación submarina para transmitir datos y triangular sus posiciones mientras exploran los océanos de lunas heladas distantes.
El robot utilizado para las pruebas de la piscina medía unos 42 cm de largo, aunque el equipo de la NASA espera reducirlo a 12 cm.
“Los robots submarinos en general son muy difíciles, y este es solo el primero de una serie de diseños en los que tendríamos que trabajar para prepararnos para un viaje a un mundo oceánico”, dijo Schaler.
“Pero es una prueba de que podemos construir estos robots con las capacidades necesarias y comenzar a comprender qué desafíos enfrentarían en una misión bajo la superficie”, sentenció.
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