La reciente decisión de Argentina de votar en la ONU en contra del estudio de las Zona Libre de Armas Nucleares (ZLAN) y la posibilidad de establecer una en Medio Oriente ha generado una serie de interrogantes sobre su posicionamiento en política exterior. Este voto, que Argentina compartió únicamente con Israel, suscita preguntas sobre su papel en el desarme y la no proliferación, así como sobre sus relaciones estratégicas a nivel global. La votación, en la cual 172 países apoyaron la resolución frente a solo dos votos en contra, destaca una postura inusual de Argentina en materia de seguridad nuclear y abre un debate sobre su posición en un contexto de creciente tensión en la región.
Antecedentes de la votación y contexto regional
La iniciativa, impulsada por Egipto, propone una ZLAN en Medio Oriente, siguiendo ejemplos de zonas similares en América Latina, el Pacífico Sur, Asia Sudoriental, África y Asia Central, todas reconocidas como libres de armas nucleares. Esta propuesta, respaldada por la ONU, busca promover la paz y seguridad en una de las regiones más conflictivas del mundo, alineándose con los principios de la Comisión de Desarme. La Resolución 3472 B de la Asamblea General establece que una ZLAN es una zona donde los Estados acuerdan, de forma voluntaria y soberana, renunciar a las armas nucleares y crear mecanismos de verificación para asegurar el cumplimiento de este acuerdo.
La negativa de Argentina a apoyar la ZLAN y su alineación con Israel resulta inédita y refleja un cambio respecto a su tradicional postura de apoyo a la no proliferación nuclear. Esta votación junto a Israel, un país que no forma parte del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), abre interrogantes sobre la relación bilateral entre Argentina e Israel y las motivaciones de esta decisión. En un plano diplomático, se puede analizar la decisión como un gesto de fortalecimiento de sus vínculos, apuntando a una cooperación en áreas como la defensa.
Este giro también podría indicar una reevaluación de los intereses de Argentina en el escenario internacional y su visión sobre el papel de las ZLAN en la estabilidad regional.
Argentina históricamente ha sido un país comprometido con el desarme y la no proliferación, siendo uno de los primeros en adherirse al Tratado de Tlatelolco que establece a América Latina como una zona libre de armas nucleares. Sin embargo, esta posición en la ONU podría repercutir en su imagen internacional y ser interpretada como una inclinación hacia una política de seguridad que respalda la disuasión nuclear. Este cambio plantea preguntas sobre las consecuencias para la diplomacia argentina en el TNP y otros foros internacionales de desarme.
Zonas libres de armas nucleares: un pilar para la paz y la estabilidad global
El establecimiento de ZLAN es un tema prioritario en Naciones Unidas, que considera estas áreas un paso hacia la paz global y un mundo sin armas nucleares. Las ZLAN, establecidas voluntariamente por los Estados miembros, contribuyen a reducir tensiones en regiones conflictivas y a fortalecer el régimen de no proliferación. Naciones Unidas subraya la importancia de consolidar estas zonas en el hemisferio sur como un medio para alcanzar el desarme nuclear.
En el caso de Medio Oriente, la propuesta egipcia busca una “ausencia total de armas nucleares” mediante acuerdos internacionales que permitan la verificación y el cumplimiento de estos compromisos. Este modelo requiere una cooperación multilateral para evitar que Estados con capacidades nucleares puedan operar libremente en estas áreas, y representa una alternativa concreta frente a la proliferación nuclear.
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