Las elecciones presidenciales en Estados Unidos no solo generan atención interna, sino que también son observadas de cerca en Moscú y Kiev. El resultado de los comicios de noviembre tendrá implicaciones significativas para Ucrania, que sigue resistiendo la invasión rusa en una guerra que se aproxima a su cuarto año.
Durante el debate presidencial del 10 de septiembre de 2024, la candidata demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump expusieron sus posturas sobre Ucrania. Trump evitó responder directamente la pregunta del moderador sobre la importancia de la victoria ucraniana frente a Rusia, reiterando que podría lograr una paz negociada rápidamente, incluso antes de asumir el cargo de presidente.
Harris, por su parte, rechazó la idea de negociar con “un dictador que te superaría en astucia”, aludiendo a la política de Biden de apoyar a Ucrania “todo el tiempo que sea necesario” junto con los aliados de Estados Unidos. Aún no se han dado muchos detalles concretos sobre las estrategias que cada candidato implementaría para apoyar a Ucrania y poner fin al conflicto. Sin embargo, a partir de sus antecedentes, se pueden esbozar algunos enfoques.
La postura de Donald Trump sobre qué rumbo tomar con Ucrania
Desde el inicio de la invasión a gran escala por parte de Rusia en febrero de 2022, Trump ha insistido en que poner fin a la guerra sería lo mejor para Estados Unidos y que podría lograrlo rápidamente. De hecho, asegura que si hubiera seguido en la presidencia después de 2020, Vladimir Putin no habría invadido Ucrania, un argumento que reiteró en el debate de septiembre.
Trump ha subrayado en varias ocasiones que tanto Putin como su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, lo respetan, y que podría utilizar sus “buenas relaciones” con ambos para llevarlos a la mesa de negociaciones y poner fin al conflicto.
Sin embargo, las relaciones de Trump tanto con Zelenski como con Putin han sido complejas. Su admiración por Putin es bien conocida y data de su campaña presidencial en 2016, lo que provocó múltiples investigaciones sobre una posible colusión. Más recientemente, se ha informado que Trump envió en secreto suministros de pruebas de COVID-19 a Putin durante la pandemia, un acto que fue confirmado por el Kremlin.
La relación de Trump con Zelenski también ha sido problemática. Una llamada telefónica en 2019 entre ambos líderes, en la que Trump presionó a Zelenski para que investigara a Joe Biden, derivó en su primer juicio político. A cambio de esa investigación, Ucrania recibiría apoyo militar continuo de Estados Unidos en su lucha contra Rusia, que ya estaba inmersa en una guerra en las regiones orientales del país desde 2014. Durante las audiencias, uno de los colaboradores de Trump declaró que al expresidente “no le importaba Ucrania” y solo estaba interesado en sus propios beneficios políticos.
Aunque Trump no ha dado detalles específicos sobre las negociaciones, algunos de sus representantes han propuesto posibles concesiones, como el plan de su compañero de fórmula, JD Vance, que incluye la cesión de tierras por parte de Ucrania y la creación de una zona desmilitarizada en el este del país, controlado por Rusia.
Los planes de Kamala Harris con respecto a Ucrania
Harris, quien ha sido una defensora firme de la soberanía e integridad territorial de Ucrania, viajó a Europa al inicio de la invasión en 2022 para fortalecer la coalición internacional de apoyo a Kiev. Desde entonces, ha condenado los crímenes de guerra cometidos por Rusia y ha reafirmado el compromiso de Estados Unidos con el derecho internacional.
Como candidata presidencial, ha subrayado la importancia de apoyar a Ucrania no solo por su supervivencia, sino también por la seguridad de los aliados de la OTAN y de Estados Unidos.
No obstante, la política de la Casa Blanca ha enfrentado críticas por la lentitud en el suministro de armamento a Ucrania y la falta de apoyo directo a la solicitud de Kiev de unirse a la OTAN, lo que muchos consideran fundamental para una paz duradera.
Desde 2022, el Congreso estadounidense ha aprobado cinco proyectos de ley de ayuda a Ucrania, sumando un total de 175 mil millones de dólares. Sin embargo, las tensiones políticas en Washington han crecido, y el resultado de las elecciones de noviembre podría influir en el enfoque futuro de Estados Unidos hacia Ucrania, ya sea impulsando un acuerdo negociado o continuando con el apoyo militar.
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Fuente: Defense One
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