En medio de una creciente tensión en Medio Oriente, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha intensificado sus críticas hacia la misión de paz de la ONU en el sur del Líbano (UNIFIL), exigiendo su retirada inmediata. Netanyahu sostiene que la presencia de las tropas internacionales está siendo aprovechada por Hezbolá para ocultar sus actividades terroristas y utilizar a los Cascos Azules como “escudos humanos”. En un mensaje dirigido al secretario general de la ONU, António Guterres, Netanyahu subrayó: “Es momento de retirar a la UNIFIL de los bastiones de Hezbolá y las zonas de combate”.
Esta solicitud ocurre tras una serie de incidentes que involucran ataques a las bases de la UNIFIL en la región, algunos de los cuales han sido atribuidos a las fuerzas de ocupación israelíes, así como a Hezbolá. Los ataques han dejado heridos a varios efectivos internacionales, elevando la preocupación por la seguridad del contingente, que incluye a más de 650 militares españoles de los 10.000 desplegados en la zona.
Escalada de violencia y crítica de la misión de paz
Durante las últimas semanas, los combates en la región se han intensificado, lo que ha resultado en ataques directos a bases de la ONU en Líbano. En uno de los incidentes recientes, una posición de la UNIFIL en Ramyah fue atacada por tanques Merkava israelíes, lo que dejó a varios Cascos Azules heridos tras la emisión de gases. Además, las fuerzas israelíes han impedido movimientos logísticos clave de la misión en la región, aumentando las tensiones en torno al cumplimiento de las obligaciones bajo la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Netanyahu, en su mensaje, enfatizó que la negativa a evacuar a las tropas de la UNIFIL las convierte en rehenes de Hezbolá, lo que incrementa el peligro tanto para los Cascos Azules como para las fuerzas israelíes. A su vez, aprovechó para criticar a los líderes europeos, argumentando que deberían centrarse en condenar las acciones de Hezbolá en lugar de criticar la respuesta militar israelí.
Hezbolá y su estrategia en el sur del Líbano
La creciente preocupación de Israel se basa en que Hezbolá ha estado utilizando sus posiciones en el sur del Líbano, muy cerca de las bases de la UNIFIL, para lanzar ataques contra territorio israelí. Según el Ejército de Defensa de Israel (IDF), en el último mes se han lanzado alrededor de 25 cohetes y misiles desde estas posiciones cercanas a las bases de la ONU, lo que ha causado la muerte de al menos dos soldados israelíes.
Las tropas del IDF, particularmente la 146.ª División, han llevado a cabo incursiones terrestres limitadas en la región basadas en inteligencia precisa. Durante estas operaciones, se descubrieron grandes cantidades de armas, incluyendo lanzacohetes y explosivos, almacenadas en túneles subterráneos a tan solo unos cientos de metros de los puestos de la UNIFIL. Israel ha argumentado que la presencia de Hezbolá en esta área viola gravemente la resolución 1701 de la ONU, que estipula que el grupo armado no debe operar al sur del río Litani.
La respuesta de UNIFIL y la comunidad internacional
Pese a los llamamientos de Israel, la UNIFIL y la comunidad internacional han reafirmado su apoyo a la misión de paz. Más de 30 países, incluidos España y Francia, han condenado los ataques contra las tropas internacionales y han instado a todas las partes a garantizar la seguridad de los Cascos Azules. En un comunicado reciente, la UNIFIL señaló que cualquier ataque deliberado contra el personal de la ONU constituye una violación grave del derecho internacional humanitario.
La UNIFIL fue desplegada en 1978 para supervisar la retirada de las tropas israelíes del Líbano, y desde entonces ha sido un actor clave en la región. No obstante, la situación ha sido cada vez más complicada debido a la presencia de Hezbolá y sus enfrentamientos con Israel, lo que ha llevado a una creciente frustración por la incapacidad de implementar completamente las disposiciones de la resolución 1701.
Tensiones continuas y desafíos para la misión
La retirada de las tropas de la UNIFIL podría desestabilizar aún más la región, dejando un vacío que Hezbolá podría aprovechar para expandir su control en el sur del Líbano. El IDF, por su parte, ha mantenido contacto con la UNIFIL para evitar daños colaterales a sus tropas durante las operaciones, pero las tensiones continúan creciendo.
Israel ha solicitado que la misión se repliegue cinco kilómetros al norte de la frontera con Israel, para evitar el peligro que supone su presencia en una zona de conflicto activo. No obstante, la UNIFIL ha dejado claro que no tiene planes inmediatos para retirarse, destacando su mandato de mantener la estabilidad en la región.
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