Estados Unidos estaría aprovechando la crisis en el Líbano para impulsar la elección de un nuevo presidente, según declararon diversos funcionarios de la Casa Blanca. Esto puede confirmarse si se tiene en cuenta que junto a otros países como Francia, Arabia Saudí o Qatar llevan años intentando mediar entre los distintos partidos políticos del país para alcanzar este objetivo, pero casi todas las iniciativas fueron socavadas por Hezbolá
Cabe recordar que el Líbano lleva casi dos años sin presidente, hecho que profundizó en cierto punto la inestabilidad política y económica del país. Además, a finales de octubre de 2022, el ex presidente Michel Aoun mantenía estrechas relaciones con Hezbolá, pero su mandato terminó. Desde entonces, el Parlamento libanés no ha llegado a un consenso sobre un nuevo presidente.
Asimismo, el fallecimiento de Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, y altos mandos de la milicia debido a ataques aéreos israelíes en las últimas semanas, debilitó en gran medida la influencia del grupo. Nasrallah en su momento bloqueó cualquier intento de elegir a una persona que no fuera su aliado Suleiman Frangieh.
Pero uno de los candidatos es el comandante de las fuerzas armadas libanesas, el general Joseph Aoun. Este cuenta con el apoyo de Estados Unidos y Francia, quienes consideran que las fuerzas armadas libanesas serán “un actor clave en cualquier acuerdo de posguerra en Líbano”.
En este contexto, los funcionarios estadounidenses confirmaron que la Casa Blanca ve la situación actual en Líbano como una oportunidad para romper el estancamiento sobre la elección de un presidente libanés. “Hemos dejado claro desde hace tiempo que creemos que el gobierno libanés tiene que superar la disfunción del sistema -uno de los principales instigadores de esa disfunción es el veto de Hezbolá sobre quién será el próximo presidente- y elegir a un presidente. Eso sigue siendo cierto”, declaró el jueves el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller.
Lo cierto es que con Nasrallah fallecido y Hezbolá perdiendo peso en la región, puede que el gobierno de Biden entienda que es el momento perfecto para aportar más peso al sistema político libanés y, efectivamente, elegir un presidente.
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