Con la mirada puesta en el Ártico, Canadá inicia proceso para la compra de 12 nuevos submarinos de ataque para su armada

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Teniendo como marco la anunciada compra de 12 nuevos submarinos de ataque, el gobierno de Canadá ha lanzado una solicitud de información a diversos actores de la industria naval para conocer la disponibilidad de submarinos actualmente producidos, dando a conocer los requisitos de su Armada para los mismos. Particularmente, Ottawa está pensando en el retiro previsto de los submarinos clase Victoria para la próxima década y en la configuración del Ártico como nuevo escenario de disputa geopolítica en vistas de su derretimiento paulatino.

Acorde al comunicado oficial canadiense, la fecha límite para responder a su solicitud con comentarios iniciales ha quedado establecida en el 18 de noviembre de 2024, un dato no menor si se considera que para 2028 se prevé la adjudicación del contrato final; buscando no caer en una brecha temporal sin capacidades submarinas. En ese sentido, ha sido especificado que en los planes de la Armada de Canadá, el primero de los nuevos submarinos debería estar a disposición para 2035 a más tardar. Si bien no se han detallado los destinatarios, es de suponer que los principales candidatos se hallen en los submarinos Scorpene de Naval Group, los Tipo 212/214 de TKMS y los KSS-III de origen coreano, entre otros.

Al respecto Jean-Yves Duclos, Ministro de Servicios Públicos y Contrataciones, ha declarado que: “A medida que el Ártico canadiense se vuelve cada vez más accesible, Canadá necesita capacidades marítimas confiables para mantener la seguridad de nuestro país. Por ello, estamos comprometidos a construir un ejército más ágil y mejor equipado, al tiempo que garantizamos que estos nuevos contratos beneficien a nuestras empresas, trabajadores y canadienses. La adquisición de nuevos submarinos para la Marina Real Canadiense mejorará nuestra capacidad para monitorear y detectar amenazas a lo largo de nuestras costas y proteger a los canadienses.”

Por su parte el Ministro de Defensa Nacional, Bill Blair, afirmó lo siguiente: “Como nación del Ártico, el Atlántico y el Pacífico con la costa más larga del mundo, Canadá necesita una nueva flota de submarinos. La adquisición de hasta 12 submarinos con propulsión convencional y capacidad para navegar bajo el hielo para la Marina Real Canadiense mejorará la capacidad de Canadá para detectar y disuadir amenazas marítimas, controlar nuestros accesos marítimos y proyectar potencia y capacidades de ataque más allá de nuestras costas. Esperamos trabajar con socios de la industria para implementar este proyecto crucial, en apoyo de las prioridades descritas en Nuestro Norte, Fuerte y Libre.”

Contando con un presupuesto aumentado para la cartera de defensa, los funcionarios canadienses también han iniciado conversaciones con sus pares en distintos países aliados, a la vez que se reúnen con diversos actores industriales europeos y asiáticos, para avanzar en un plan de adquisiciones basado en procesos similares al que está por emprenderse. El dato no resulta menor, considerando que uno de los requisitos para la adquisición de los 12 submarinos es abordar una asociación entre el fabricante y el entramado industrial de defensa local, tanto en la instalación de nuevas infraestructuras como en la capacitación de personal; a fines de endulzar con beneficios económicos para el país a la potencial compra.

Finalmente, retomando algo mencionado anteriormente, es importante destacar que el Ministerio de Defensa de Canadá ha comenzado a dar mayor relevancia al escenario Ártico frente a lo que es su retroceso dado el calentamiento global; implicando ello un oceano con mayor accesibilidad para rutas navegables. El caso canadiense no es el único, en tanto países como EE.UU., Finlandia, China y Rusia también han intensificado sus actividades con vistas en la región durante los últimos meses, buscando reforzar su presencia militar para garantizarse una mejor posición de cara a la futura disputa. Resulta en ese sentido indudable que, de cara a los próximos 30 años, el Ártico se constituirá como un escenario que demandará mayor vigilancia y capacidades de disuasión que Ottawa pretende adquirir.

Puesto en palabras oficiales: “La nueva flota de Canadá deberá proporcionar una combinación única de estos requisitos para garantizar que Canadá pueda detectar, rastrear, disuadir y, de ser necesario, derrotar a los adversarios en los tres océanos de Canadá, contribuyendo al mismo tiempo de manera significativa junto con los aliados y permitiendo al Gobierno de Canadá desplegar esta flota en el extranjero en apoyo de nuestros socios y aliados.”

*Imagenes empleadas a modo ilustrativo

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