Luego de los recientes anuncios de Vladímir Putin sobre la modificación de la doctrina nuclear rusa, donde se establece la posibilidad de utilizar armamento nuclear contra un Estado no nuclear que cuente con el respaldo de una potencia con armas nucleares, la decisión de Argentina de avanzar hacia su incorporación como socio global de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) agrega una nueva dimensión a la política exterior del país. Esta movida no solo podría implicar un realineamiento estratégico con Occidente, sino que también introduce desafíos de seguridad y potenciales riesgos en el contexto de las tensiones geopolíticas globales, particularmente frente a Rusia, que considera a la OTAN como uno de sus principales adversarios
La advertencia de Putin y la modificación de la doctrina nuclear rusa
En una reunión reciente del Consejo de Seguridad de Rusia, Putin dejó claro que Moscú podría recurrir a su arsenal nuclear en respuesta a un ataque convencional si este contara con el apoyo de una potencia nuclear. Si bien no se mencionaron países específicos, este cambio en la doctrina militar rusa eleva significativamente el riesgo de una confrontación nuclear con cualquier nación que, incluso sin ser una potencia nuclear, reciba asistencia militar de un Estado nuclear. Este anuncio coincide con la visita del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky a Estados Unidos, donde instó a la comunidad internacional a permitir el uso de armamento occidental de mayor alcance en el conflicto contra Rusia.
Putin argumentó que “las circunstancias político-militares están cambiando dinámicamente” y que era necesario ajustar la política de disuasión nuclear de Rusia. El líder ruso expresó que cualquier agresión contra la Federación Rusa que involucrara el apoyo de un Estado nuclear sería considerada como un ataque conjunto, lo que, en ciertas condiciones, podría desencadenar una respuesta nuclear.
Este anuncio amplía considerablemente los detonantes que justificarían el uso de armas nucleares, lo que eleva las tensiones entre Rusia y Occidente. La nueva doctrina también señala que Rusia se reserva el derecho a utilizar su arsenal nuclear si detecta un lanzamiento masivo de misiles o drones, o si se considera que está en juego la soberanía del Estado.
¿Un nuevo blanco en el hemisferio sur?
Otro punto de especial interés en las declaraciones de Vladimir Putin se posan sobre la idea de que también la Federación Rusa estará expandiendo la categoría a países y alianzas militares que puedan ser consideradas una amenaza para ese país.
La postura de Putin adquiere especial relevancia para Argentina en este momento. Recientemente, el gobierno de Javier Milei ha impulsado una mayor alineación con Occidente, con un enfoque particular en los Estados Unidos y las potencias de la OTAN. La decisión de buscar el estatus de “socio global” de la OTAN, un nivel de asociación que no implica membresía plena, pero sí un compromiso estratégico con los intereses de la Alianza Atlántica, posiciona a Argentina en una situación diplomáticamente sensible.
El ministro de Defensa argentino, Luis Petri, se reunió con Mircea Geoana, secretario general adjunto de la OTAN, en Bruselas para entregar una carta formalizando la intención del país de sumarse a la alianza como socio global. Este movimiento busca fortalecer los lazos de cooperación en materia de seguridad y defensa, sobre todo en el contexto regional, donde la influencia de Rusia y China ha sido un tema de creciente preocupación para las potencias occidentales.
Sin embargo, este acercamiento a la OTAN plantea nuevos desafíos para la seguridad argentina. Como socio global, Argentina no solo aumentará su colaboración con la Alianza, sino que también deberá asumir un rol más activo frente a los rivales estratégicos de la misma, incluidos Rusia y China. Esto podría incluir participar en ejercicios militares conjuntos, compartir inteligencia y colaborar en misiones internacionales, lo que a su vez podría posicionar al país como un objetivo potencial en la creciente rivalidad geopolítica entre Occidente y Moscú.
Rusia, la OTAN y los posibles escenarios para Argentina
La incorporación de Argentina como socio global de la OTAN podría ser vista por el Kremlin como una extensión de la influencia de la Alianza en el hemisferio sur, lo que añadiría un nuevo frente de competencia geopolítica para Rusia. Este escenario no es del todo novedoso; otros países, como Japón y Corea del Sur, también han sido incluidos como socios globales, y han sido objeto de críticas y advertencias por parte de Moscú. Si bien el estatus de socio global no implica compromisos militares automáticos ni bases permanentes de la OTAN en territorio argentino, sí supone una mayor exposición a las tensiones entre las principales potencias.
El contexto de la guerra en Ucrania, donde Rusia ha mostrado una determinación firme para contrarrestar el apoyo occidental a Kiev, refuerza la preocupación de que Moscú pueda incluir a nuevos actores en su lista de potenciales blancos estratégicos.
Te puede interesar: Informes de inteligencia afirman que Rusia y China desarrollan drones militares avanzados para la guerra en Ucrania
Si te gustó este artículo, seguinos con un click en y suscribite a nuestros videos en YouTube .