Un conjunto de documentos incautados recientemente por el ejército ucraniano revela que el mando militar ruso había previsto la incursión de las fuerzas ucranianas en la región de Kursk con varios meses de anticipación, desatando inquietudes sobre la moral y la organización de las tropas rusas en la zona. Los documentos, obtenidos de posiciones rusas abandonadas, exponen detalladamente las advertencias que las autoridades militares rusas emitieron sobre un eventual ataque ucraniano y los preparativos que intentaron implementar para contenerlo. Sin embargo, a pesar de estas previsiones, las fuerzas rusas sufrieron una derrota significativa cuando Ucrania lanzó su ofensiva el 6 de agosto de 2024.
Advertencias tempranas y preparativos rusos
Según los documentos, que incluyen órdenes impresas y registros manuscritos de unidades militares rusas, habían sido alertados desde principios de 2023 sobre la posibilidad de una incursión ucraniana en la región fronteriza de Kursk. En una entrada fechada el 4 de enero de 2024, se mencionaba la “posibilidad de un avance en la frontera estatal” por parte de grupos armados ucranianos, y se ordenaba incrementar los ejercicios de preparación para repeler cualquier ataque.
El 19 de febrero, se emitió una nueva advertencia sobre los planes ucranianos de ejecutar un avance rápido desde la región de Sumy hacia el interior de Rusia, con el objetivo de establecer un corredor antes de la llegada de unidades blindadas ucranianas. Posteriormente, en marzo, los mandos rusos ordenaron a las unidades en la frontera reforzar sus líneas defensivas y organizar ejercicios adicionales para preparar a los líderes de las unidades en la correcta disposición de las defensas.
Despliegue ucraniano en Kursk y la desorganización rusa
A pesar de los meses de preparación por parte de Rusia, la incursión ucraniana en Kursk tomó por sorpresa tanto a las fuerzas rusas como a varios actores internacionales. El 6 de agosto, las tropas ucranianas lanzaron su ofensiva, tomando control rápidamente de Sudzha, una ciudad estratégica de 5.000 habitantes. Los documentos rusos advertían específicamente sobre un posible avance ucraniano en dirección a Sudzha y la destrucción de un puente sobre el río Seym, lo que finalmente ocurrió durante la ofensiva.
La desorganización rusa fue evidente cuando muchos soldados abandonaron sus posiciones, dejando documentos oficiales en su retirada. Los miembros del equipo ucraniano que incautaron los archivos reportaron que “huyeron sin siquiera evacuar o destruir los documentos”, lo que permitió obtener información valiosa sobre las tácticas rusas.
Tácticas de engaño y problemas logísticos
Los documentos también detallan algunas de las tácticas que Rusia intentó implementar para contrarrestar los drones de reconocimiento ucranianos. Se ordenó la creación de posiciones señuelo, como tanques y vehículos blindados falsos, así como maniquíes de soldados, con el fin de confundir a los drones enemigos. Sin embargo, no está claro si estas tácticas fueron ejecutadas eficazmente, ya que el equipo ucraniano encargado de operar los drones no encontró evidencia de dichas posiciones.
En marzo, los documentos registran una creciente preocupación por los grupos de sabotaje ucranianos que se infiltraban tras las líneas rusas disfrazados con uniformes rusos. Para evitar estas infiltraciones, se implementó el uso de identificadores especiales en las formaciones de combate rusas, aunque no se proporcionaron más detalles sobre la efectividad de esta medida.
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Fuente: Documentos obtenidos y compartidos por el equipo de operaciones especiales ucraniano y analizados por The Guardian.
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