Los precios internacionales más bajos de los granos añaden un desafío adicional tanto a la eliminación del cepo como a la superación de la recesión. Ante esta situación, afirman que Vaca Muerta “salvaría” la caída de la soja.
La caída de la soja en la estrategia del gobierno
En la estrategia del gobierno de Javier Milei para lograr esta salida, contar con cerca de USD 5.000 millones menos provenientes de la cosecha del próximo año no es lo ideal. Esto se debe a que, con o sin cepo, la recuperación de la recesión requerirá inevitablemente un mayor flujo de divisas del que la economía ha necesitado hasta ahora.
Sin embargo, existen algunos factores que podrían mitigar la situación. Uno de los más destacados es que la reducción de recursos, tanto para el mercado cambiario como para el Tesoro, podría ser compensada en gran parte, o incluso por completo, por el aumento de las exportaciones de Vaca Muerta, según el economista Jorge Vasconcelos de la Fundación Mediterránea.
“De cara a 2025, la balanza comercial se deteriorará por el incremento de importaciones que implica la salida de la recesión, pero Vaca Muerta ofrecerá cierta compensación, ya que el superávit de la balanza comercial energética podría aumentar de USD 4.500 millones en 2024 a USD 8.000 millones en 2025. Y, si la caída del precio de las commodities (en particular la soja) se estabiliza en los niveles actuales, una parte de esa reducción podría compensarse con mayores rendimientos”, señaló Vasconcelos.
La situación cambiaria actual
Además, subrayó que una de las grandes incógnitas, en caso de mantenerse el cepo, es la decisión cambiaria sobre la continuidad o no del “dólar blend”, es decir, si tres cuartas partes del superávit comercial se seguirán utilizando para contener la brecha o si esas divisas se canalizarán completamente al mercado oficial.
“A nivel macro, la disminución de los precios internacionales tendrá un impacto directo en el valor de las exportaciones argentinas, lo que se traduce en una reducción de USD 4.700 millones para 2025. La consecuente disminución en la oferta de dólares agravaría la actual situación cambiaria, que ha estado bajo presión en los últimos meses”, aportaron desde la consultora Invecq, recordando que las reservas han dejado de crecer.
Además, explicaron que la caída del precio de la soja no sólo afecta las cifras macroeconómicas, sino que también podría tener un impacto en el crecimiento económico.
“A nivel micro, la caída del precio de la soja afecta directamente el poder adquisitivo interno de la tonelada, que se encuentra en su nivel más bajo en más de tres décadas, impactando en las condiciones económicas de miles de productores. Estos precios internacionales, junto con el nivel del tipo de cambio real y las retenciones, amenazan la expansión del sector agrícola; aunque no creemos que el sector se desacelere debido a estos factores, sí establecerán un límite a su potencial crecimiento”.
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