¿Qué hay detrás de la nueva doctrina nuclear secreta de Estados Unidos?

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Con el mandato de Biden llegando a su fin, la revelación de una nueva estrategia nuclear clasificada ha generado un intenso debate. Esta estrategia, aprobada en marzo, marca un cambio significativo en la postura de Estados Unidos, algunos dicen, enfocando por primera vez la disuasión nuclear en la creciente amenaza china. Este plan surge en un momento en que China está ampliando rápidamente su arsenal nuclear, superando las expectativas y preocupando a Washington debido a la ausencia de mecanismos de confianza mutua, como el tratado New START con Rusia.

La controversia se intensificó tras la publicación de informes contradictorios entre Reuters y el New York Times. Mientras Reuters informó que la estrategia no responde a una amenaza específica, manteniendo la postura general descrita en la Revisión de Postura Nuclear de 2022, el New York Times destacó un reorientamiento claro hacia China.

La divergencia en los informes de estos medios pone de relieve un dilema de seguridad crucial: el avance acelerado del arsenal nuclear de China podría empujar a EE.UU. a una nueva carrera armamentista. A medida que China se acerca en el desarrollo nuclear con EE.UU. y Rusia, el temor en Washington es que, sin un tratado como el New START, se desate una dinámica de acción-reacción, donde ambos países expandan sus arsenales en busca de superioridad o seguridad. Este escenario podría desestabilizar el régimen nuclear global, erosionando décadas de acuerdos de control de armas y aumentando el riesgo de un conflicto nuclear.

El impacto de esta dinámica sobre el régimen nuclear global podría ser devastador. El Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y otros acuerdos de control de armas, que han mantenido un relativo equilibrio desde el fin de la Guerra Fría, podrían verse amenazados. Países como Corea del Norte, ya en proceso de expansión nuclear, podrían usar esta situación para justificar un crecimiento acelerado de sus propios arsenales, mientras que otras potencias regionales podrían considerar la opción nuclear como una medida necesaria para su seguridad. Esto crearía un entorno global mucho más inestable, con un riesgo creciente de incidentes nucleares o conflictos armados.

Los números del sistema nuclear

A pesar de los esfuerzos para reducir los arsenales nucleares desde el fin de la Guerra Fría, la cantidad global de ojivas nucleares sigue siendo notablemente alta. Según el informe de la Federación de Científicos Americanos (FAS), las principales potencias nucleares mantienen arsenales significativos que reflejan un equilibrio de poder persistente en el ámbito nuclear.

A comienzos de 2024, aproximadamente 12,121 ojivas nucleares están en posesión de nueve países. De este total, Estados Unidos y Rusia concentran cerca del 88% del inventario global, y alrededor del 84% de las ojivas disponibles para uso militar. Por otro lado, el número de ojivas nucleares disponibles en los arsenales militares—es decir, aquellas que están asignadas a fuerzas operativas—está aumentando nuevamente. Mientras que Estados Unidos sigue reduciendo lentamente su arsenal, países como China, India, Pakistán, Corea del Norte y el Reino Unido están ampliando sus arsenales nucleares.

De las aproximadamente 12,121 ojivas nucleares en todo el mundo, cerca de 9,585 están en arsenales militares, listas para ser desplegadas en misiles, aviones, barcos y submarinos. De estas, alrededor de 3,904 están actualmente en uso con fuerzas operativas, y de ellas, aproximadamente 2,100 están en estado de alta alerta, listas para ser usadas en el corto plazo. A continuación, se presenta un desglose del inventario de ojivas nucleares de las principales potencias:

País Estratégicas Desplegadas No Estratégicas Desplegadas Reserva/No Desplegadas Arsenal Militar Inventario Total
Rusia 1,710 0 2,670 4,380 5,580
Estados Unidos 1,670 100 1,938 3,708 5,044
Francia 280 n.a. 10 290 290
China 24 n.a. 476 500 500
Reino Unido 120 n.a. 105 225 225
Israel 0 n.a. 90 90 90
Pakistán 0 n.a. 170 170 170
India 0 n.a. 172 172 172
Corea del Norte 0 n.a. 50 50 50
Total ~3,804 ~100 ~5,681 ~9,585 ~12,121
Estado de las Fuerzas Nucleares Mundiales, 2024 – Federación de Científicos Americanos (FAS)

Avances y modernización del arsenal nuclear chino

A pesar de la disminución general en el número de ojivas, la tendencia hacia la modernización de los arsenales sigue en auge. Las potencias nucleares continúan actualizando y ampliando sus fuerzas nucleares, añadiendo nuevos tipos de armas y modificando su papel estratégico. Este enfoque de modernización está en conflicto con el espíritu del Tratado de No Proliferación Nuclear, que busca la eliminación progresiva de las armas nucleares.

El arsenal nuclear de China ha experimentado una expansión significativa y rápida en los últimos años, situándose entre las campañas de modernización más amplias y aceleradas de los nueve Estados nucleares. Según el 2024 Nuclear Notebook de la Federación de Científicos Americanos, China ha desarrollado un arsenal nuclear que actualmente cuenta con aproximadamente 500 ojivas, de las cuales unas 440 están disponibles para ser lanzadas por misiles balísticos terrestres, misiles balísticos lanzados desde submarinos y bombarderos. Este informe, basado en una combinación de datos abiertos y análisis de imágenes satelitales comerciales, revela que China ha estado ampliando sus capacidades nucleares a un ritmo sin precedentes.

China’s DF-41 nuclear-capable intercontinental ballistic missiles are seen during a military parade at Tiananmen Square in Beijing on October 1, 2019, to mark the 70th anniversary of the founding of the People’s Republic of China. (Photo by GREG BAKER / AFP) (Photo by GREG BAKER/AFP via Getty Images)

La modernización de las fuerzas nucleares chinas se ha manifestado en varios frentes. En tierra, China ha continuado desarrollando sus nuevos campos de silos para misiles balísticos intercontinentales (ICBM) de combustible sólido, y ha expandido la construcción de silos para sus ICBM de combustible líquido DF-5. También ha avanzado en el desarrollo de variantes nuevas de ICBM y sistemas de entrega estratégica avanzados. En el mar, la modernización ha incluido la actualización de los submarinos de misiles balísticos Tipo 094 con el misil balístico JL-3 de mayor alcance. Además, China ha reasignado una misión nuclear operativa a sus bombarderos y está desarrollando un misil balístico lanzado desde el aire que podría tener capacidad nuclear.

La proyección del Pentágono para el futuro del arsenal nuclear chino estima que podría llegar alrededor de 1,000 ojivas para 2030, con la posibilidad de que el arsenal se incremente a cerca de 1,500 ojivas para 2035, dependiendo de varios factores inciertos. Estos factores incluyen la cantidad de silos que China construirá, el número de misiles que cargarán los silos, el número de ojivas que cada misil transportará y la cantidad de misiles intercontinentales y submarinos que China desplegará. Aunque las proyecciones actuales son factibles, dependen en gran medida de la resolución de estas incertidumbres.

Desde su primer test nuclear en 1964, China ha mantenido una narrativa consistente sobre el propósito de sus armas nucleares, declarando un compromiso con una política de “no primer uso” en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia. Sin embargo, esta postura ha sido cuestionada por los recientes desarrollos en el arsenal chino. La modernización también ha implicado mejoras en los sistemas de advertencia temprana y en la capacidad de supervivencia de sus fuerzas nucleares. A pesar de la política declarada de China, no hay evidencia concreta de que el gobierno chino haya cambiado su postura de no primer uso, aunque la expansión de su arsenal y la mejora de su capacidad de respuesta rápida podrían implicar una preparación para una postura de “lanzamiento en advertencia”, similar a la de Estados Unidos y Rusia.

¿Estados Unidos apunta sus misiles a China?

En marzo de 2024, el presidente Biden aprobó una estrategia nuclear secreta que marca un giro significativo en la postura de Estados Unidos, enfocándose por primera vez en la amenaza emergente de China. Esta nueva estrategia, conocida como “Nuclear Employment Guidance”, establece directrices para preparar a las fuerzas estadounidenses ante posibles confrontaciones nucleares coordinadas con Rusia, China y Corea del Norte.

El documento, altamente clasificado y sin versiones electrónicas disponibles, ha sido distribuido en copias físicas limitadas entre algunos funcionarios de seguridad nacional y comandantes del Pentágono. Aunque la Casa Blanca no anunció formalmente la aprobación de la estrategia, algunos altos funcionarios han aludido a ella en declaraciones públicas, sugiriendo que el nuevo enfoque busca adaptarse a un entorno de amenazas nucleares simultáneas o secuenciales que ahora incluye a China, Rusia y Corea del Norte.

La estrategia de Biden refleja un cambio en la percepción de las amenazas nucleares. Anteriormente, las amenazas nucleares eran vistas como menos coordinadas entre los adversarios. Sin embargo, la creciente colaboración entre Rusia y China, junto con el apoyo de Corea del Norte e Irán a Rusia en el conflicto de Ucrania, ha llevado a una reevaluación de la seguridad nuclear en Washington. Ahora se reconoce que los adversarios nucleares podrían coordinar sus amenazas para superar el arsenal estadounidense, lo que podría llevar a una dinámica de acción-reacción que desestabilizaría el equilibrio nuclear global.

Este cambio en la estrategia no solo es una respuesta al crecimiento del arsenal chino, sino también un intento de adaptarse a un entorno de amenazas más complejo y multipolar. El presidente Biden ha priorizado la disuasión nuclear frente a China, buscando equilibrar el crecimiento exponencial de su arsenal con una postura de preparación y capacidad de respuesta más robusta.

La nueva estrategia enfatiza la necesidad de disuadir simultáneamente a Rusia, China y Corea del Norte. A pesar de que la administración Biden ha estado comprometida con la no proliferación nuclear durante gran parte de su carrera política, la realidad cambiante del poder nuclear global ha llevado a una reevaluación de cómo Estados Unidos debe manejar su postura y capacidades nucleares.

La reciente aprobación de la nueva doctrina nuclear secreta por parte del presidente Biden marca un punto de inflexión crucial en la política de defensa de Estados Unidos, reflejando una respuesta estratégica al vertiginoso crecimiento del arsenal nuclear chino y al complejo panorama de amenazas globales. Esta estrategia, desarrollada en un contexto de expansión acelerada del poder nuclear chino, busca recalibrar el equilibrio de poder nuclear y enfrentar un entorno de amenazas cada vez más integrado y multipolar.

La decisión de Biden de enfocar la disuasión nuclear en China representa un reconocimiento de que la amenaza nuclear ya no puede ser evaluada únicamente a través de la lente del binomio tradicional entre Estados Unidos y Rusia. La inclusión de China y, en menor medida, Corea del Norte, en la ecuación estratégica refleja una nueva realidad en la que las potencias nucleares pueden coordinar sus amenazas y acciones, complicando la estabilidad global y los mecanismos tradicionales de control de armas.

El dilema de seguridad emergente de esta nueva doctrina se manifiesta en el riesgo de una carrera armamentista renovada, impulsada por la necesidad de mantener una ventaja estratégica frente a un adversario en rápida expansión. La expansión del arsenal nuclear de China y la falta de acuerdos de control de armas, amplifica aún más este riesgo. 

La nueva estrategia nuclear de Biden no solo responde al crecimiento del poderío nuclear chino, sino que también intenta adaptarse a un entorno de amenazas nucleares más complejo y multifacético. A medida que el equilibrio global se redefine y las dinámicas de poder cambian, esta estrategia subraya la necesidad de una postura más robusta y multifacética para mantener la estabilidad y prevenir una carrera armamentista descontrolada. Sin embargo, la efectividad de esta estrategia dependerá de cómo se gestionen las interacciones entre las potencias nucleares y de la capacidad de Estados Unidos para mantener un equilibrio de poder que evite el colapso del régimen de control de armas global.

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