Según un reciente informe del periódico “The Telegraph”, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, estaría creando un plan para, a través de la utilización de milicias privadas, controlar la inmigración y “convertirla en un arma” para desestabilizar Europa. A través de un análisis de documentos de inteligencia, The Telegraph pudo observar los planes detallados para que distintos agentes rusos establezcan “una fuerza policial fronteriza de 15.000 hombres”, compuesta por antiguas milicias en Libia en pos de controlar el flujo de inmigrantes.
Cabe destacar que Rusia puede intensificar sus esfuerzos para trasladar migrantes ya que cuenta con una vasta influencia sobre las principales rutas hacia el continente europeo, lo que marca una gran preocupación para los gobernantes del continente que aún no logran encontrar una respuesta a cómo resolver la cuestión de la inmigración ilegal. El Reino Unido, por ejemplo, registró hasta junio de 2023 el ingreso de 52.530 inmigrantes ilegales a través de pequeñas embarcaciones, un 17% más que el año anterior.
Según declaraciones de Frontex, la policía fronteriza de la Unión Europea, Rusia utiliza la migración “como palanca en un juego más amplio de influencia y presión”, por lo que es posible que el mandatario utilice esta realidad para “trasladar a los inmigrantes a las puertas de Europa”. Las milicias, según expertos, han estado “impulsando la migración” y, en consecuencia, aumentando la inestabilidad y la violencia en diversas partes de África, puntualmente, a través del traslado físico de los migrantes a las fronteras europeas.
Tal es así que el exministro de Inmigración del Reino Unido, Robert Jenrick, afirmó a The Telegraph que “los adversarios del Reino Unido están utilizando como arma el flujo de personas en el extranjero cercano de Europa, como vimos en la frontera entre Bielorrusia, Polonia y Lituania en 2021, y exacerbando la inestabilidad en el Magreb y la región del Sahel mediante el uso de proxies”.
En consonancia, el viceprimer ministro de Italia, Antonio Tajani, declaró que su país tiene información sobre los grupos de milicias privadas, como Wagner, y su actividad y contacto con bandas traficantes y otras milicias “interesadas en el tráfico de inmigrantes”. Además, ha culpado al Grupo Wagner por el aumento del número de inmigrantes que cruzan el Mediterráneo.
Y es que el mayor aumento de personas que migran de su país se produjo a través de esa misma ruta como una central, según Frontex. El organismo señaló que el número de cruces fronterizos irregulares en 2023 fue el más alto desde 2016, con 380.000 personas. De esa cifra, las mujeres y niños representan solo el 20% del total, mientras que Frontex registró más de 62.000 cruces hacia el Reino Unido.
Según el experto Sergey Sukhankin, miembro de la Fundación Jamestown y asesor de Gulf State Analytics en Washington, es crucial poner el foco en el rol que cumplen los grupos paramilitares rusos en las regiones de África que mayor cantidad de migrantes posee, no solo por el impacto que tiene por sobre este fenómeno sino también por el lugar estratégico que para Rusia poseen. “Si echamos un vistazo a su mapa, veremos que la República Centroafricana ocupa un lugar estratégico, lo que permite a los paramilitares rusos avanzar hacia Sudán, que es otro actor clave, y luego hacia la ruta de los contrabandistas hasta Libia”, destacó.
“Las rutas migratorias son inseparables de las localidades y lugares donde están presentes el Grupo Wagner y otros paramilitares rusos. Las diversas oleadas de inmigrantes ilegales procedentes de África podrían aumentar, porque Rusia planea crear una nueva instalación militar en la República Centroafricana. Esto le dará a Rusia una influencia adicional en términos de navegar esos flujos migratorios desde la región del África subsahariana hacia Libia y luego hacia la Unión Europea”, apuntaló el experto.
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