El reciente anuncio del Presidente de Taiwán, Lai Ching-te, de aumentar el gasto en defensa en casi un 6% para 2024, alcanzando un total de 20.000 millones de dólares, ha generado preocupaciones sobre la capacidad de la isla para mantenerse a la altura de la creciente amenaza militar que representa China. A pesar de este incremento, que Lai destacó como una señal del compromiso de Taiwán con su seguridad, expertos advierten que el presupuesto propuesto podría resultar insuficiente para contrarrestar el rápido desarrollo del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China, lo que podría erosionar aún más la disuasión en el estrecho de Taiwán.
Contexto del presupuesto y sus limitaciones
Durante la administración de Tsai Ing-wen, predecesora de Lai, se impulsaron siete aumentos consecutivos en el presupuesto de defensa, logrando casi duplicar el gasto en defensa de la isla. Con el nuevo incremento del 6%, el presupuesto militar de Taiwán ahora representa aproximadamente el 2,5% del Producto Bruto Interno (PBI), superando el umbral mínimo recomendado por la OTAN para sus miembros. Sin embargo, expertos en defensa sugieren que este porcentaje es insuficiente frente a la magnitud de la amenaza china.
La administración de Tsai también introdujo varias reformas significativas, como la extensión del servicio militar obligatorio de cuatro meses a un año, el énfasis en la adquisición de armas asimétricas como misiles y minas, y el desarrollo de capacidades autóctonas, como la construcción de un submarino propio. No obstante, estas mejoras no han sido suficientes para cerrar la brecha creciente con las fuerzas armadas chinas.
La necesidad de un mayor compromiso financiero
A pesar de estas reformas, el principal indicador que observan los analistas internacionales sigue siendo el porcentaje del PBI destinado a la defensa. A casi dos décadas de que el expresidente Chen Shui-bian prometiera alcanzar un 3% del PBI en gasto de defensa, Taiwán sigue sin cumplir este objetivo. Este nivel de inversión debería considerarse el piso mínimo, especialmente en comparación con otros países que enfrentan amenazas existenciales similares, como Israel, que destina un 4,5% de su PBI a la defensa.
Por otro lado, el presupuesto militar de China continúa creciendo a un ritmo alarmante. Pekín anunció recientemente un aumento del 7,2% en su gasto de defensa, lo que elevará su presupuesto a 222.000 millones de dólares para 2025. La creciente disparidad entre ambos presupuestos pone en riesgo la capacidad de Taiwán para defenderse efectivamente ante una posible agresión china.
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