Hoy en día, al hablar del fenómeno del Terrorismo, algunas de las organizaciones que aparecen en las portadas de los principales medios de comunicación del mundo son diversas. Entre ellas, podríamos citar al autodenominado “Estado Islámico” -mayormente conocido por sus siglas en inglés como ISIS-, y últimamente, a Hamás y Hezbollah, tras los ataques terroristas del 7 de octubre pasado, en Israel.
Sin embargo, en estos meses de tantos conflictos a nivel mundial, se pasa por alto a quien es el progenitor de muchos de estos grupos yihadistas que fueron surgiendo con el pasar de los años. Hablamos de quien, además, llevó a cabo algunos de los atentados más grandes y terribles de la historia. Hablamos de Al Qaeda.
En otras oportunidades, hicimos hincapié en algunos de los grupos terroristas con más letalidad en la actualidad, como es el caso del siempre presente ISIS y sus distintas células y Boko Haram –por ejemplo-. Ambas, organizaciones yihadistas que, al día de hoy, concentran alrededor suyo un alto porcentaje de los atentados llevados a cabo alrededor del mundo. Y, en el caso del autodenominado “Estado Islámico”, el grupo terrorista con más letalidad desde el año de su creación. No obstante, quien supo ser la organización yihadista que atemorizó al mundo entero al inicio de este siglo, continúa derramando sangre y convirtiéndose al día de hoy -gracias a sus respectivas filiales- en el verdadero terror de África, como veremos a continuación.
Al Qaeda y el terror de África: JNIM
En los últimos años, es correcto decir que el epicentro del terrorismo yihadista en el mundo ha mutado. Esto es producto de que, el mayor número de atentados terroristas han tenido lugar en la parte occidental del continente africano, más precisamente en la zona conocida como el Sahel. Desplazando, de esta manera, al lugar que vio nacer al terrorismo yihadista y que, durante mucho tiempo, ha permanecido como el campo de acción preferido por las distintas organizaciones terroristas de la zona: nos referimos a lo que se conoce como la región de Medio Oriente.
Este constante ascenso del terrorismo de índole yihadista en África ha estado encaminado por grupos terroristas como Boko Haram, ISWAP (Estado Islámico del África Occidental) –la rama de ISIS en dicho continente-, siendo Jamaat Nusrat Al-Islam wal Muslimeen (JNIM) quien encabeza esta lista de las organizaciones yihadistas en suelo africano. JNIM -cuyo nombre se traduce en “Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes”– actúa como una de las filiales de Al Qaeda en África junto a Harakat ash-Shabaab al-Muyahidin, más conocido como Al- Shabaab. Esto luego de que, en el año 2017, se fusionaron distintos grupos yihadistas salafistas como lo son Ansar al Din, el Frente de Liberación de Macina, Al Murabitoun, y la rama de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
En cuanto a países en particular, Burkina Faso se ha posicionado como el país con el mayor número de muertos a causa del terrorismo por segundo año de manera consecutiva, según los datos brindados por el Global Terrorism Index 2024 (GTI). Convirtiéndose en la verdadera capital del yihadismo. Tal es así, que Burkina Faso desplazó de sus lugares a muchos países de Medio Oriente que supieron liderar el ranking de los países con un mayor índice de atentados terroristas a nivel global como, para citar algunos ejemplos, Afganistán, Siria e Irak.
Paralelamente, las actividades terroristas de JNIM en el continente africano no se limitan solo a Burkina Faso, ya que también existen casos de atentados llevados a cabo por JNIM en Nigeria, Mali, Níger y, últimamente, esta organización yihadista parece estar expandiendo su terror para Benín y Togo, respectivamente.
Pasado y presente
Tal como afirmamos en los primeros párrafos de esta columna, Al Qaeda ha sido el actor intelectual y material de muchos de los atentados más terroríficos de la historia moderna, tales como los ataques del 11 de marzo de 2004 en España, que se cobró la vida de 193 personas y más de 2000 heridos; y ni hablar del fatal y siempre recordado 11S en el año 2001, cuyas víctimas mortales ascendieron a cerca de 3000, sumado a 25.000 personas heridas.
Ambos ejemplos citados sucedieron varios años atrás, sin embargo, la huella de sangre que acarrea consigo Al Qaeda, sigue manchando al mundo hasta el día de hoy, como pudimos observar en el claro caso del continente africano. Demostrando, una vez más, que el salvaje terrorismo yihadista –de la mano de organizaciones como Al Qaeda, ISIS y demás- no se toma recesos, siendo éste un mal que avanza y se expande cada día más y más.
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