Las recientes operaciones ofensivas ejecutadas por las Fuerzas Armadas en Kursk no dejan de llamar la atención por su magnitud y por considerarse una jugada de alto riesgo ante la situación se que vive en los frentes orientales. Sin embargo, a diferencia de otras incursiones ucranianas en territorio ruso, Kyiv parece estar dispuesto a realizar un considerable esfuerzo militar que podría tener ambiciosos objetivos tácticos, estratégicos y políticos.
Uno de los aspectos sobresalientes ha sido el nivel de sorpresa que ha tenido el raid de las Fuerzas Armadas de Ucrania, ya que las defensas locales fueron superadas en varias de sus líneas en lo que fue inicialmente un veloz avance de los distintos elementos que integran la ofensiva ucraniana. Por el momento se desconoce realmente el nivel de penetración que se ha alcanzado en territorio ruso, pero diversos análisis de fuentes abiertas coinciden que los principales ejes han logrado establecer líneas que rondarían los 7 a 10 kilómetros de profundidad.
Pese a un éxito inicial, no son pocos los actores que han objetado y criticado esta ofensiva de las Fuerzas Armadas de Ucrania ya que se considera que los recursos que se han empleado para esta operación podrían haberse destinado a reforzar las líneas defensivas en torno a Niu-York, Toretsk y Pokrovsk, localidades donde los defensores ucranianos están atravesando una situación crítica ante los contantes embates rusos. A diferencia de otras ocasiones, las fuerzas de Moscú han logrado sostener cierta tracción en estos frentes, ganando terreno a una velocidad que no se había registrado en los últimos meses.
De imágenes y secuencias publicadas en redes sociales, se aprecia que la ofensiva de las Fuerzas Armadas ucranianas en Kursk ha demandado un considerable esfuerzo en cuanto a elementos desplegados. No solo se han identificado la presencia de dos Brigadas bien entrenadas y equipadas como son la 22 Mecanizada y la 82 de Asalto Aéreo, sino que estas grandes unidades cuentan con un considerable apoyo en lo que refiere a apoyo de fuego y defensas antiaéreas. Muchos se preguntan si personal y material no hubiera sido mejor aprovechado en los frentes orientales.
Pese a ello, la ofensiva en Kursk podría ser una arriesgada jugada para conseguir distintos objetivos: el más elemental, destruir personal y equipamiento; a otros niveles, podría tratarse de una maniobra para que Moscú re-direccione sus esfuerzos, destinando recursos que estaban en apoyo o combatiendo en otros frentes. La facilidad con la cual se penetraron las defensa locales también sería un llamado de atención para Rusia, situación que podría implicar la re-localización de personal y medios.
En el plano político, un avance (de momento) exitoso de las Fuerzas Armadas Ucranianas en territorio ruso no solo es una inyección moral puertas adentro, sino que también viene a cortar meses donde solo se han sufrido reveses, tanto en los frentes como en la profundidad del territorio ucraniano ante los constantes ataques con drones y misiles. Estos últimos han castigado considerablemente la infraestructura crítica de Ucrania, ocasionado centenares de víctimas civiles en un intento por minar la resistencia local.
Desde algunos sectores también se ha especulado que es un intento de Kyiv por mejorar su posición, en lo que refiere a territorio capturado, a la hora de entrar en unas posibles negociaciones de paz.
Solo quedará aguardar el desarrollo de las acciones en los próximos días y semanas, particularmente por los alcances que podría implicar si esta operación logra sostenerse en el tiempo, e incluso continuar evolucionando favorablemente. Y también por las consecuencias en caso que resulte otro duro revés para las fuerzas ucranianas.
Imagen de portada ilustrativa. Créditos: UAF
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