La economía de Venezuela se encuentra en estado de crisis desde hace más de una década. Esta situación se ha visto influenciada por diversos factores, incluyendo el descenso en los precios del petróleo, el aumento de la corrupción y una gestión gubernamental que no pudo superar los desafíos estructurales de la economía dependiente del crudo. En el transcurso de los dos últimos años, la situación económica del país ha continuado deteriorándose, confrontando una hiperinflación, una escasez grave de alimentos y medicamentos y un éxodo migratorio a países de la región.
La economía de Venezuela muestra una fuerte dependencia del petróleo, y la reducción en los precios del petróleo ha generado un impacto significativo en la economía del país. Esto es mucho más notorio durante los inicios del gobierno de Nicolás Maduro. A través de los menores ingresos y el estancamiento por el poco dinamismo petrolero, Venezuela se encontró en una situación de grave crisis económica.
Para 2018, el gobierno venezolano ya se encontraba sin reservas internacionales en el Banco Central de Venezuela. También su PBI se redujo en un 40% respecto a los años de bonanza económica. El fuerte control de las exportaciones se tradujo que en 2012 el monto importado sea de USD 66 mil millones, pero en 2017 sea solo de USD 12.300 millones.
Más del 90% de las exportaciones de Venezuela provienen del petróleo, y la reducción de los precios ha provocado una disminución considerable en los ingresos del gobierno. Esta disminución en los ingresos ha dificultado el pago de las deudas internacionales, la importación de alimentos, medicamentos y la provisión de servicios básicos a la población. Aunque el gobierno de Maduro intentó a través de diversos programas abastecer de productos básicos a la población, lo cierto es que la calidad de vida en Venezuela se redujo de manera relevante.
Además de la reducción en los precios del petróleo, la economía de Venezuela también se ha visto afectada por prácticas corruptas y una gestión gubernamental ineficaz. Ha surgido la acusación de corrupción generalizada en el gobierno venezolano, contribuyendo a la crisis económica. Asimismo, el gobierno estuvo caracterizado por una mala gestión, enfocado en su supervivencia política, como también buscando la manera de sobrevivir a las sanciones internacionales.
La situación económica de Venezuela tuvo un impacto devastador en la población del país. Millones de venezolanos han huido del país en busca de alimentos, medicamentos y una mejor calidad de vida. La crisis también ha provocado un incremento en la delincuencia y la violencia. Nuevamente, si bien el gobierno venezolano intentó paliar esta perspectiva, fue ineficaz a la hora de lograr cambios sustanciales en la vida del pueblo venezolano.
La situación económica de Venezuela en los últimos años siempre fue compleja y su solución viene por el lado político. El gobierno venezolano debe tomar medidas para abordar los problemas estructurales que han generado la crisis, pero también necesita de mayor asistencia regional y global. Desde la cúpula gubernamental lograron sobrevivir a varios desafíos internos y externos, entre ellos la crisis de legitimidad por Juan Guaidó y las sanciones estadounidenses. Pero los gobiernos regionales deben tener mayor relevancia a la hora de ayudar al país a salir de su estancamiento.
A finales de 2023, el gobierno estadounidense determinó que reduciría las sanciones económicas a Venezuela. Luego del Acuerdo de Barbados para impulsar la liberalización y democratización política, la administración de Biden redujo las restricciones que recaen principalmente sobre el crudo venezolano. Pero luego de que el gobierno restringe la participación de la oposición en las elecciones presidenciales, los EE UU volvieron a profundizar las sanciones económicas.
En el comercio exterior venezolano, China fue ocupando un rol cada vez más importante. Aun así, no logra suplir la relevancia de los Estados Unidos en la balanza comercial, y en los impactos políticos y sociales de las sanciones económicas. Hace poco menos de un mes, el gobierno de Maduro firmó un acuerdo de protección recíproca de inversiones con China, y busca incorporarse al Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS para diversificar las fuentes de financiamiento internacional.
A pesar de los esfuerzos por superar el estancamiento en Venezuela, el país tanto por factores internos como externos se ve un camino sin salida a la crisis. El gobierno venezolano no pudo superar los escollos producto de la misma estructura económica, como tampoco la crisis que él mismo generó. Y para empeorar el panorama, tanto la región como las principales potencias tensan la situación a favor de sus intereses y no del progreso económico venezolano.
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