El presidente ruso Vladímir Putin habría ordenado una profunda “purga” dentro de las filas de las Fuerzas Armadas del país, según afirman expertos y antiguos funcionarios. Esta ola de detenciones de alto nivel, aparentemente motivada por el descontento del líder del Kremlin ante los fracasos militares en Ucrania y los casos de corrupción endémica, ha sacudido al poderoso Ministerio de Defensa ruso.
Desde que Putin destituyó al ministro de Defensa Sergei Shoigu en abril, reemplazándolo por el economista Andrei Belousov, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ha desatado una ola de arrestos sin precedentes contra viceministros, jefes de departamento y altos mandos militares acusados de corrupción.
La salida de Shoigu y la protección
Según expertos y exfuncionarios consultados, esta purga masiva en el Ministerio de Defensa sería el resultado de la pérdida de la protección que Shoigu brindaba a sus allegados y subordinados, permitiendo así al FSB actuar con mano de hierro contra la corrupción enquistada en las fuerzas armadas.
“Por fin, el FSB ha hincado el diente al Ministerio de Defensa y al Estado Mayor”, declaró el capitán John Foreman, ex agregado de Defensa del Reino Unido en Moscú. “Shoigu y Gerasimov proporcionaron un amortiguador, pero ahora Putin decidió que tenía que hacer algo”.
Entre los detenidos se encuentran el veterano viceministro de Defensa Timur Ivanov, acusado de soborno, y Vadim Shamarin, jefe del departamento de comunicaciones del Estado Mayor ruso, cuyo arresto podría debilitar la posición del poderoso jefe del Estado Mayor, el general Valery Gerasimov.
El futuro en Ucrania
Si bien el Kremlin ha negado que se trate de una “campaña” y ha insistido en que es un “trabajo constante” contra la corrupción, la magnitud y velocidad de los arrestos sugieren que Putin finalmente ha perdido la paciencia con los reveses militares en Ucrania y la corrupción enquistada en las fuerzas armadas.
Expertos advierten que esta purga podría tener profundas consecuencias en la forma en que Rusia libra la guerra en Ucrania, ya que el equilibrio de poder parece inclinarse hacia los servicios de seguridad rusos, mientras que el ejército se encuentra en un aparente caos.
En medio de esta turbulencia, el futuro del general Gerasimov, el más alto rango militar de Rusia, también se encuentra en entredicho. Según Foreman, “la probabilidad de que Gerasimov sea destituido ha aumentado”.
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