En un contexto global cada vez más complejo, el vínculo entre China y América Latina, especialmente con Argentina, está siendo objeto de escrutinio. El reciente viaje de la Canciller argentina Diana Mondino a China ha resaltado la importancia de replantear la estrategia de relacionamiento entre ambas partes.
La renovación del acuerdo de swap de divisas, congelado por China desde diciembre, ha avivado el debate sobre la dirección que debería tomar esta relación. Mientras Argentina busca asegurar su estabilidad económica mediante acuerdos financieros con el gigante asiático, se enfrenta a una creciente oposición interna, liderada por el presidente Javier Milei, que aboga por un distanciamiento de China en favor de una mayor alineación con Occidente. En este complejo escenario, surge la pregunta: ¿Es momento para que China replantee su estrategia de relacionamiento en Argentina y en América Latina en su conjunto?
El viaje de la Canciller argentina Diana Mondino a China, con el fin de renovar el acuerdo de swap de divisas congelado por el gigante asiático en diciembre, ha sido ampliamente comentado en los últimos días. Este acuerdo, suspendido desde que asumió el actual presidente Javier Milei, se ha vuelto crucial para Argentina debido a la moderación de su postura gubernamental, la escasa reserva de divisas y la amenaza de un décimo impago de deuda. Simultáneamente, el FMI está evaluando la octava revisión y una posible liberación de USD 800 millones en préstamos. Con la línea swap congelada de USD 6.500 millones, Argentina tiene un total de USD 18.000 millones acordados en swaps de divisas con China para este fin.
Según informes de South Morning China, Argentina está buscando un aplazamiento del vencimiento de los USD 5.000 millones en swaps, una renovación de la línea swap suspendida de USD 6.500 millones y una mayor inversión china, especialmente para proyectos críticos como el proyecto hidroeléctrico en Santa Cruz, que enfrenta dificultades de financiamiento.
Sin embargo, este acercamiento financiero se enfrenta a la oposición política, diplomática, económica y de seguridad de Milei hacia China. Se está desarrollando una estrategia para mejorar las relaciones con Occidente, lo que incluye la decisión de comprar cazas F-16 en lugar de los KF-17 de China, así como el intento de convertirse en socio global de la OTAN. Esto podría complicar aún más las relaciones con China, que ha sido un socio importante para Argentina, proporcionando préstamos, inversiones y proyectos de infraestructura.
Además, China enfrenta desafíos en América Latina debido a la creciente influencia de Estados Unidos en la región, que busca establecer acuerdos comerciales que puedan limitar la influencia china y promover estándares comerciales alineados con los de Estados Unidos.
Algunos expertos creen que China debería imponer condiciones estrictas a sus inversiones en Argentina para evitar ciertos cuestionamientos por parte del gobierno local. Sin embargo, es importante destacar que China ha sido el mayor proveedor de préstamos comerciales a Argentina desde 2007 y ha respaldado proyectos clave como la presa hidroeléctrica de Santa Cruz, la planta de energía nuclear de Atucha y otras iniciativas de energía renovable como parques eólicos y solares.
Por último, China se enfrenta a la Ley de Américas, promovida por Estados Unidos, que ofrece acuerdos de libre comercio, préstamos en condiciones favorables e inversiones a las naciones latinoamericanas que se adhieran a las normas estadounidenses de democracia, comercio y Estado de derecho.
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