Argentina goza de una amplia tradición, trayectoria y doctrina en el sector nuclear. Desde la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en 1950, el país ha sido pionero en Latinoamérica en el desarrollo pacífico de la tecnología nuclear. Hitos como la puesta en marcha de la central nuclear Atucha I en 1974, la primera en América Latina, y el diseño totalmente nacional del reactor CAREM en la década de 1980, posicionaron a Argentina como referente regional en este ámbito.
Sin embargo, en el presente, estos se encuentran bajo la lupa, ya que con el cambio de gestión se plantearon serios interrogantes sobre el desarrollo de proyectos críticos. Es por esto que Escenario Mundial tuvo el honor de hablar con Adriana Serquis, presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica, sobre el panorama actual y el futuro del mismo.
Entre los principales proyectos que se encuentran trabajando la CNEA, Serquis destaca los siguientes: CAREM, un reactor nuclear de potencia modular de diseño íntegramente argentino; RA-10, un reactor multipropósito de producción de radioisótopos e investigación; el Centro Argentino de Protonterapia, para tratamiento de tumores de difícil acceso, y la reactivación de la Planta Industrial de Agua Pesada, en Neuquén. Además de otros proyectos de distintas envergaduras, la presidente explicó la importancia de los mismos para mantener a Argentina a la vanguardia en el desarrollo nuclear pacífico y posicionarla como un referente tecnológico en la región.
La construcción de los proyectos claves
Actualmente, tal como trascendió en el pasado, disminuyó el ritmo de trabajo en las obras de los reactores CAREM y RA-10 debido a la demora en la llegada de fondos nacionales y la crítica situación financiera que enfrenta la Comisión.
Frente a estos sucesos, Serquis señala que no hay ejecución de las cuotas de los créditos otorgados por el Estado y que existen problemas presupuestarios. Además, aclara que “aún no hay cambio de gestión. La CNEA depende de la Secretaría de Energía y teníamos la expectativa de evaluar el presupuesto a fines de marzo. Lamentablemente, nunca hubo respuesta por parte de la secretaría”.
Con respecto a la actualidad del CAREM, Serquis explica que los “porcentajes no reflejan los avances totales”, ya que no todo el número de porcentajes de construcción refleja el avance real. Señala que hubo contratos caídos, costos hundidos y que “el proyecto tenía situaciones excepcionales”.
Sin embargo, en números tomados del informe de la Comisión, se expone que el avance físico general es de 63%, el edificio del reactor se encuentra en un 84%, el liner de la contención está al 100%, el recipiente de presión al 73%, el generador de vapor al 56% y los elementos combustibles al 62%.
Tomando las declaraciones del secretario de Estrategia Nacional, Jorge Antelo, y las noticias del marco del entendimiento para la exportación de la tecnología nuclear. El funcionario argentino hizo alarde del perfil exportador del país en la industria nuclear, destacando el acuerdo entre la CNEA y la empresa INVAP para explorar futuras opciones de exportación del CAREM.
Serquis explicó la potencialidad del reactor CAREM como un componente comercial de gran interés a nivel global, destacando la comunicación que se ha mantenido con varios países interesados. Serquis señaló el gran interés existente de numerosos “newcomers”, países que aún no han desarrollado tecnología nuclear y están evaluando incorporarla.
Además, se tiene noción que, de concretarse las exportaciones, la venta de cada reactor le puede significar a la Argentina varios miles de millones de dólares en ingresos. Igualmente, se afirma que a medida que avanzó el proyecto del CAREM también avanzó una consolidación de una estrategia comercial para el mismo.
El futuro del sector nuclear argentino
Para culminar, Serquis hizo hincapié en la enorme potencialidad y madurez que ha alcanzado Argentina en estos 74 años de trayectoria nuclear. “Estamos en el momento exacto en el cual tenemos la posibilidad de darle la visibilidad que merecen este tipo de proyectos estratégicos para el país”, expresó.
No obstante, la física también mostró su preocupación ante un panorama pesimista si se continúa frenando las obras clave: “lo que puede pasar es que se vayan los profesionales altamente capacitados en este rubro, y eso no se recupera fácilmente”.
Serquis remarcó la “tremenda potencialidad” del sector nuclear, con aplicaciones en energía, salud e industria. “Tenemos grandes posibilidades, pero si se frena el desarrollo en este momento, todo ese conocimiento y prestigio acumulado en 74 años corre serio riesgo”, concluyó.
De esta manera, pese a los obstáculos presentes, el futuro del programa nuclear argentino, pilar tecnológico y orgullo nacional, se vislumbra en un momento crítico donde se puede establecer un futuro prometedor si se encaran con determinación los desafíos para capitalizar al máximo las capacidades desarrolladas a través de décadas de trabajo incansable.
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