El sector pesquero argentino atraviesa un difícil momento, el más crítico desde hace tiempo podría decirse y mientras se aproxima una inminente crisis, denuncian la paralización de buques en puerto y pérdidas millonarias. Actualmente, hay más de 100 buques pesqueros paralizados en puertos clave de importancia estratégica, como el Puerto de Mar del Plata, el de Puerto Deseado y el de Puerto Madryn, en el marco de un paro total por la crisis sin precedentes del sector.
La crítica situación empeora si a ello se le suma el anuncio de las cámaras empresariales, quienes comunicaron que no van a participar de la zafra de langostino, a causa de la falta de rentabilidad. En unidad y decisión firme, declararon que participarán en la zafra nacional, hasta que no se garanticen las condiciones mínimas de operatividad del sector. Esta decisión responde a una multiplicidad de factores, incluyendo la presión impositiva, la falta de apoyo e incentivos por parte del Gobierno Nacional, como así también el fuerte aumento de los precios de los insumos y los costos operativos. La baja de los precios internacionales tampoco ha favorecido a la industria pesquera nacional.
Empresarios del sector advierten que la actividad pesquera se ha vuelto inviable, ante el esquema de costos y sanciones actual, y el marco laboral desactualizado. En un comunicado conjunto, las cámaras empresariales del sector advirtieron que “la actividad pesquera, fundamental para el desarrollo económico de las provincias del litoral marítimo y para la generación de divisas, se encuentra paralizada debido a una crisis sin precedentes causada por una carga impositiva asfixiante y un marco laboral desactualizado que vuelve inviable la operatoria del sector”.
Por ello, se exige la implementación de un plan que otorgue flexibilizaciones en las limitaciones de tiempos de pesca, la elección de los puertos y la velocidad de navegación para reducir el consumo de combustible. De hecho, se señaló que se requiere “un plan de manejo adecuado, que garantice una zafra en condiciones eficientes y sin sanciones arbitrarias o injustificadas”. La falta de medidas de apoyo al sector pesquero y las políticas macroeconómicas de desregulación, impulsadas por Federico Sturzenegger, no han contribuido a esta situación, sino más bien todo lo contrario. La crisis pesquera se ha visto influenciada, en cierta medida, por las políticas que lleva a cabo el Gobierno Nacional.

El impacto de la crisis pesquera
Cabe recordar que, la industria pesquera argentina ya venía enfrentando una severa crisis. Sin embargo, ahora con la zafra de langostino suspendida y los buques paralizados, el impacto económico de la crisis pesquera es creciente. Las exportaciones han caído alrededor de más de 7,5 puntos, según datos recientes, y las plantas de procesamiento ofrecen precios por debajo de los dos dólares, provocando pérdidas millonarias en pocas semanas.
La industria pesquera argentina ha sido históricamente un pilar clave en la economía nacional y aún más, en las economías regionales y del litoral marítimo, donde la amenaza de esta crisis resulta significativa. De hecho, el año pasado la industria generó más de 46.000 empleos directos y superó los 1.980 millones de dólares, en exportaciones. Recientemente, un estudio de la Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera, presentado por Raúl Cereseto, ubicó al consumo del pescado argentino en el último lugar de Latinoamérica, en representación del 25% de la media mundial.
La crisis en el sector pesquero también ha tenido un fuerte impacto social. A raíz de lo mencionado, miles de trabajadores de las plantas procesadoras han sido despedidos, ante la falta de trabajo. Paralelamente, los conflictos salariales se intensifican, cada vez más, ante los recortes de hasta el 30% de los sueldos planteados por los empresarios. Los sindicatos rechazan cualquier tipo de rebaja salarial y ello aumenta la tensión de este conflicto salarial activo.
Se advierte que la falta de medidas para aliviar la presión fiscal e impositiva y el rechazo de modernizar el convenio colectivo de trabajo ha llevado al sector a un punto crítico. Ahora profundizado por la paralización de buques, en el marco del paro, la zafra de langostino suspendida, la caída en las exportaciones y en este sentido, la caída del consumo de pescado argentino. El sector pesquero necesita medidas urgentes para mitigar los efectos de esta crisis y recuperar la operatividad tradicional del sector. Las consecuencias de esta crisis que han empezado a reflejarse poco a poco y ya han impactado a la industria pesquera, las exportaciones y a los trabajadores, podrían ser peores si no se revierte la situación.
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