Históricamente, el sector energético argentino ha sido considerado un pilar clave en el crecimiento económico del país, más aún estos últimos meses. Sin embargo, recientes novedades ponen en duda la dirección que tomará la matriz energética en los próximos años, pese al potencial de Vaca Muerta y los avances en la infraestructura del proyecto.

El cierre de Refinor y la incertidumbre sobre su futuro
El ejemplo más conciso de esta actualidad recae en el cierre de Refinor, que anunció el cese de su actividad en la refinería de Campo Durán, Salta, por agotamiento de los campos maduros de crudo en la Cuenca Noroeste. Si bien la compañía planea convertir el espacio en un centro de distribución de combustibles, es crucial para la exportación de gas a Bolivia, un proyecto clave de Vaca Muerta.
Los trabajadores del sector declararon el estado de alerta y movilización, exigiendo respuestas coherentes y urgentes para revertir esta situación. Se espera la intervención del Estado nacional y provincial para garantizar el abastecimiento energético de la región, aunque aún no existen novedades al respecto.
El cambio de estrategia de YPF en la exportación de GNL
Por otro lado, YPF decidió modificar su estrategia para la exportación de Gas Natural Licuado (GNL). En lugar de construir una planta de licuefacción en tierra, como se había acordado con Petronas anteriormente, la compañía optó por la instalación de seis buques productores de GNL en la costa de Río Negro.

Esta alternativa, según la empresa, es más rápida y accesible en términos de financiamiento. Como es un proyecto clave para potenciar Vaca Muerta, estimando exportaciones de 15.000 millones de dólares anuales en cinco años, diversas voces en el sector han mostrado preocupación. Principalmente, porque el cambio de estrategia podría retrasar el crecimiento de la infraestructura energética e impactar en la capacidad de abastecimiento interno.
Las dudas sobre la importación de gas
En paralelo, y a pesar del potencial energético de Vaca Muerta, Argentina sigue recurriendo a la importación de GNL para abastecer el consumo interno. Si bien el ingreso al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) fue clave, el país continúa dependiendo del gas extranjero, según lo comunicado por el medio Cadena 3.
La situación provoca incertidumbre por la eficiencia del modelo energético actual, porque sin una política clara para potenciar el desarrollo interno, Argentina podría seguir enfrentando problemas de abastecimiento y costos elevados.
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