Después de casi 3 años, la primera fragata Constellation de la Armada de EE.UU. presenta un avance de solo el 10% en su construcción

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Tras haber comenzado su proceso de construcción en el año 2022, y a casi cinco años desde la adjudicación del contrato inicial, la primera de las futuras fragatas clase Constellation de la Armada de EE.UU. presenta un avance de tan solo el 10% y aún carece de un diseño definitivo funcional. La novedad fue dada a conocer por medios especializados estadounidenses hacia finales de marzo, siendo confirmada en la ocasión del evento Sea Air Space 2025 por Mark Vandroff, actual vicepresidente senior de Asuntos Gubernamentales en Fincantieri Marine Group.

Recogiendo algunas de las declaraciones oficiales brindadas por el vicepresidente Vandroff: “El primer barco está en construcción en Marinette, Wisconsin, con un avance aproximado del 10%. Estamos trabajando para finalizar el diseño con la Armada. Ha ido progresando. Hemos avanzado mucho el año pasado y esperamos tener el diseño funcional listo aquí a finales de la primavera o principios del verano.“

Cabe recordar en este punto, que la selección del diseño Constellation original había sido en parte elegido para acelerar los plazos de construcción y posterior entrega de buques a la Armada estadounidense, planes que no llegaron a cumplirse a causa de las diversas marchas y contramarchas observadas respecto de las modificaciones que luego se solicitarían sobre aquella base. En ese sentido, fuentes familiarizadas con el programa revelaron que ya se está tardando más que el doble de tiempo que un astillero italiano requeriría para construir una fragata con el diseño original, agregando además que se estaría superando ampliamente el costo presupuestado para la nave; unos 1.000 millones de dólares frente a los casi 1.400 que se discute en la actualidad.

Estas cuestiones sin dudas impactan en el desarrollo del programa Constellation visto desde una perspectiva más amplia, considerando que la primera unidad de la flota estaría recién completa para el año 2029 según estimaciones actuales, retrasando de forma considerable la llegada de las otras 19 fragatas que la institución prevé incorporar. Además, en relación con lo dicho sobre las modificaciones solicitadas por la Armada de EE.UU., no puede dejar de mencionarse que aún existen dudas respectos del rendimiento que las embarcaciones tendrán en caso de mantenerse estas en el tiempo. Concretamente, el buque presentaría tan sólo un 15% de coincidencia con el diseño original italiano, cuando la meta estipulada era no estar por debajo del 85%.

En suma, resulta de utilidad destacar que la construcción de las futuras fragatas estadounidenses no sólo estaría sufriendo retrasos y sobrecostes por los problemas derivados de lo recién mencionado, sino que además de dificultades en la adquisición de materiales y en la contratación de personal cualificado para trabajar en las instalaciones a cargo de su fabricación. Nuevamente citando al vicepresidente Vandroff: “Creo que tenemos los mismos problemas que prácticamente todos los demás en la industria naval estadounidense. Sin duda, nos gustaría contar con más trabajadores. Sin duda, nos gustaría contar con más trabajadores en la industria siderúrgica. Hay escasez nacional de soldadores, armadores y, en menor medida, de electricistas.“

Tomadas en conjunto con otros proyectos de construcción para la Armada estadounidense que enfrentan retrasos y sobrecostes, la cuestión no hace mas que subrayar el mal estado de la industria naval local, incapaz de generar en clientes extranjeros el mismo interés que otros actores de la industria de defensa. Tal es así, que desde la Casa Blanca se ha lanzado una nueva orden ejecutiva conocida como “Restoring America’s Maritime Dominance”, en el que se reconoce el bajísimo porcentaje del mercado global que es suplido por empresas estadounidenses, algo que preocupa aún más si se observa la performance lograda por sus contrapartes chinas.

Reflejando algunas de las preocupaciones desde la política estadounidense en esa línea, resaltan las declaraciones realizadas por Rob Wittman, quién actualmente se desempeña como vicepresidente del Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes: “Empezamos diciendo que tomaríamos el concepto FREMM, con un 85 % de avance, le añadiríamos nuestro 15 % y luego pasaríamos directamente a la construcción. Actualmente, se observa que se ha excedido el costo y el presupuesto, porque eso se ha revertido (…) ¿estamos en un punto en el que nos recuperaremos rápidamente y retomaremos el rumbo, según el cronograma y el presupuesto? No sé si se podría ajustar el cronograma, o si decimos que tal vez hemos avanzado demasiado y tomamos una dirección diferente. La Armada tendrá que plantearse esa pregunta ahora.“

*Imágenes empleadas a modo ilustrativo

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Equipo de redacción de El Estratégico

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