La Secretaría de Agricultura de Estados Unidos anunció la postura del país de no comprar más carne argentina, generando un alto impacto en el sector agroexportador local. En medio de las crecientes tensiones por la guerra comercial, impulsada por la suba de los aranceles de Estados Unidos, Brooke Rollins, Secretaria de Agricultura, aseguró que van “a poner a Estados Unidos primero, no a China, ni a la India, no a la carne desde la Argentina, no a los productos lácteos de Canadá”.
La declaración se enmarca dentro del nuevo esquema de aranceles impuesto por Estados Unidos. Los países del MERCOSUR (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay) y otros se vieron afectados por aranceles mínimos del 10% para las exportaciones con destino a Estados Unidos. Aunque ello sería momentáneamente suspendido por 90 días. Argentina se vio directamente afectada por esta decisión que amenaza con dificultar, aún más, las condiciones de acceso de los bienes argentinos al complejo mercado estadounidense.
En este sentido, el anuncio de la Secretaria de Agricultura refleja la postura proteccionista del nuevo Gobierno de Estados Unidos, a cargo de Donald Trump, que apuesta a una agenda económica y comercial basada en “America First”. El Gobierno de Estados Unidos busca proteger a sus industrias y productores, revalorizando la economía local, en detrimento de las economías emergentes y en desarrollo que suelen tener un alto volumen de exportaciones agrícolas y cárnicas, como es en el caso argentino.

Rollins expuso que desde el anuncio del nuevo esquema de importaciones, más de 75 países han llamado a Estados Unidos para negociar nuevos acuerdos con Washington. El Gobierno de Trump tiene sumamente definida su estrategia y política comercial. Sin embargo, el Presidente decidió suspender la aplicación de los aranceles del 10%, por 90 días, de manera temporal. La decisión surge a raíz de la volatilidad de los mercados y los bonos, como consecuencia directa del anuncio de las medidas. “Hay que mostrar algo de flexibilidad, y yo soy capaz de hacerlo” declaró Trump al respecto.
El sector agroexportador en alerta
La medida de Estados Unidos podría impactar fuertemente en la economía argentina y la balanza comercial del país. El sector ˝agroexportador, unas de las piezas claves del comercio exterior argentino, podría verse afectado por estos aranceles, ante la pérdida de competitividad en el mercado estadounidense. La Argentina, que contaba con una ventaja comparativa frente a otros países en este tipo de productos, ahora tendrá precios más elevados y perderá dicha competitividad.
En este sentido, la competencia directa con los países del NAFTA, Canadá y México, podría perjudicar a los productos argentinos, especialmente a la carne y el maní, para el cual se prevé una caída significativa, a causa de la baja rentabilidad. De hecho, el comercio exterior argentino deberá enfrentar serios desafíos y retos significativos. Más aún, si al contexto internacional se le suman los altibajos que pronostica el Servicio Agrícola Exterior para la producción de oleaginosas en el territorio argentino para la campaña comercial 2025-2026, que afectaría la soja.
El sector agroexportador junto con la industria del acero y el aluminio serán los que más sentirán el impacto de este nuevo esquema de aranceles. Cabe resaltar que, las principales exportaciones de la Argentina de los últimos años están compuestas por harina de soja, maíz, carne, aceite de soja y petróleo crudo. En este marco, Estados Unidos se posiciona como el segundo país importador, luego de Brasil y antes de China (4º), lo que demuestra la relevancia y el impacto de esta medida para la balanza comercial argentina.

Si bien la suspensión de los aranceles por 90 días es un alivio para la economía argentina, la política comercial de Estados Unidos es clara. La guerra comercial está escalando más que nunca y los márgenes de negociación entre los Estados se vuelven más escasos y duros, aún más para los países en vías de desarrollo. De hecho, se dio a conocer que China suspendió más de la mitad de las importaciones de carne de res de Estados Unidos. Sin embargo, esa carne que no le comprará a Estados Unidos, se la comprará a Brasil y no a la Argentina. Esto posiciona desfavorablemente al país, que queda en medio del conflicto comercial entre los dos hemisferios del poder global, mientras que su carne pierde acceso tanto al mercado de Estados Unidos como al de China, que antepone la carne brasileña.
La carne fue no el único afectado. Beijing también suspendió las importaciones de gas natural licuado (GNL) procedentes de Estados Unidos y decidió subir los aranceles de los productos estadounidenses al 125%, igualando el aumento anunciado por EE.UU días previos. Pese a ello, el día de ayer la Casa Blanca confirmó que Trump está dispuesto a alcanzar un nuevo acuerdo comercial con China y destrabar la tensa situación comercial que está impactando en todos los mercados del mundo.
En este complejo contexto internacional, Javier Milei debe aprovechar su vínculo personal con Donald Trump, en pos de asegurar que el impacto de la suba de los aranceles sea lo menos significativo posible para la Argentina y el sector agroexportador nacional. A la vez, la Cancillería Argentina debe redoblar sus esfuerzos políticos y diplomáticos para proteger los intereses nacionales y fortalecer el acceso a uno de los mercados más importantes y complejos del mundo.
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