El nuevo acuerdo de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) podría enfrentar al país en una dicotomía con China. Se estima que el acuerdo podría afectar la renovación del swap con China, en medio de las negociaciones técnicas con el Fondo y el incremento de las tensiones por la guerra comercial.
Cabe recordar que, recientemente la Argentina y el Fondo Monetario Internacional alcanzaron un nuevo acuerdo por 20.000 millones de dólares. El organismo anunció haber llegado al nivel técnico del acuerdo, bajo el formato de Facilidad Extendida (EFE), con una duración de 48 meses, en las últimas horas. En los próximos días, se espera la aprobación del directorio del FMI.
Sin embargo, en junio, se vence el período de gracia que el Gobierno logró acordar con China, para realizar la devolución del intercambio de monedas utilizado durante el año 2023. Según lo acordado, el Gobierno chino le permitió a la administración de Milei iniciar los pagos mensuales, a partir de julio de 2025 y completarlos en 2026. Por lo que, pronto comenzarán los vencimientos establecidos con China en junio del 2024. El Gobierno tiene que evaluar la posibilidad de renovar el sistema del swap de divisas.
No obstante, el nuevo acuerdo con el FMI podría afectar la renovación de este sistema, ya que el Fondo prestará especial atención a las normativas cambiarias y otras condiciones. En ese contexto, se estima que se podría revisar e incluso dictaminar la rescisión del acuerdo de 18.000 millones de dólares que la Argentina concretó con el Banco Popular de China.

En tal caso, la Argentina tendría que reembolsar, de manera inmediata, los dólares activados en 2023, aproximadamente 5.000 millones, a China y no podría negociar la renovación del sistema de swap para el país. Ello en un momento en el que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) tiene serias dificultades para constituir sólidamente sus reservas.
Mientras tanto, Estados Unidos presiona fuertemente y anhela la alineación absoluta del Gobierno de Milei a los organismos multilaterales de crédito occidentales, impulsados por este el siglo pasado. Estados Unidos busca consolidar su rol estratégico en la Argentina y en Latinoamérica, ante el avance de China en la región y la tendencia ideológica latinoamericana, que se aleja fuertemente de los lineamientos republicanos de Estados Unidos.
De hecho, un ex funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) declaró que la prioridad de Washington es garantizar que el nuevo programa del FMI con la Argentina desfavorezca la posición de China en las líneas de crédito swap, calificada por Estados Unidos como “extorsivas”. Donald Trump volvió a la Casa Blanca por todo y ello incluye a China y sus estrategias de posicionamiento e influencia en la región americana.
Las implicancias de una posible dicotomía con China y la cesión del swap
El actual swap de divisas de Argentina representa aproximadamente más de la mitad de las reservas brutas del país. Por lo que, la renovación del swap no es una simple decisión que el Gobierno deba tomar en materia de cooperación económica y comercial. Es mucho más que eso y la administración actual lo sabe.
De hecho, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Li Qiang, sostuvo que los swaps de divisas entre los Bancos Centrales contribuyen plenamente a la “estabilidad económica y financiera de la Argentina”. El apoyo de China es central para la economía argentina y también lo es para el Gobierno de Milei, por más de que ello le pese ideológicamente.
La suspensión del swap podría significar la pérdida de acceso a más de la mitad de las reservas brutas actuales, que representan aproximadamente US$ 24 mil millones. Así también significaba la pérdida de un importante y vital canal de financiamiento, más que necesario para la Argentina.
Paralelamente, Estados Unidos presiona fuertemente al Gobierno de Javier Milei para que desista de la línea de financiamiento china y coloque a la Argentina bajo el ala de influencia del FMI y el sistema financiero occidental. El Gobierno, sumamente alineado con la administración actual de Estados Unidos, a cargo de Donald Trump, deberá contemplar y evaluar detenidamente el curso de acción a seguir, evaluando los costos y las ganancias que sus acciones podrían tener para el funcionamiento económico y financiero de la Argentina. Más aún, con el actual recrudecimiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, motivada por los aumentos de los aranceles estadounidenses.

Si bien el Presidente de la Argentina, se caracteriza por ser un idealista nato, a lo largo de su primer año en el poder gubernamental ha sabido actuar con el pragmatismo necesario, cuando las circunstancias así lo requirieron. El pragmatismo es esencial para asegurar un correcto funcionamiento de las instituciones financieras y económicas argentinas, ante el complejo contexto local e internacional. En medio de un nuevo acuerdo con el Fondo, con un Banco Central sin dólares, la caída de los bonos y las acciones argentinas, la consecuente suba del riesgo país, los desafíos que tiene el Gobierno ante la configuracion del Presupuesto 2026, en el que ya se encuentra trabajando, y una recrudecida guerra comercial entre Estados Unidos y China, que afecta a todos los mercados y acciones del mundo.
La suba del riesgo país es algo que no debe pasar inadvertido, ya que el día de ayer cerró en 978, siendo en octubre del año pasado la última vez que había llegado a este número. Cabe recordar que, el riesgo país funciona como un reflejo de cómo los inversores perciben la deuda del país. Si el mundo observa que la Argentina no puede pagar su deuda, los inversores extraen su dinero del Estado y el riesgo país sube consecuentemente. Sin embargo, es necesario encuadrar este hecho en el contexto internacional, donde se ha generado un ambiente de volatilidad debido a los anuncios arancelarios de Estados Unidos. Es necesario tener en cuenta que, el riesgo país no ha subido solo en Argentina.
Más allá de ello, la alineación absoluta de Milei con Trump podría generar serios problemas, a medida que se acerca la fecha límite del período de gracia otorgado por China. La disyuntiva surgirá si el nuevo programa del FMI incorpora una cláusula que exige la terminación del swap. ¿El Gobierno decidirá renovarlo de igual manera o dará por finalizado este sistema de divisas que resulta esencial para la estabilidad económica y financiera de la Argentina?.
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