A lo largo de los últimos años, diversos planes y proyectos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos se han venido focalizando en integrar toda una nueva generación de armamento aire-superficie de largo alcance. Entre los casos más destacados se puede mencionar a los cazas F-16 y a los nuevos F-15EX Eagle II de la Fuerza Aérea de EE.UU. (USAF), con la confirmación de estudios para que sean equipados con los nuevos misiles antibuque AGM-158 LRASM. No obstante, estos planes también se están aplicando a plataformas de apoyo de fuego cercano y ataque, siendo el caso más destacado el de los cañoneros AC-130J Ghostrider, que operan como parte del Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea de EE.UU. (AFSOC).

Uno de los planes más destacados, y que ha cobrado relevancia frente a la divulgación de nuevas pruebas, es la integración de la capacidad de lanzamiento de diversos tipos de misiles por parte del AC-130J. Así lo confirma la reciente realización del lanzamiento desde este tipo de aeronave del nuevo misil de crucero SCM (Small Cruise Missile), también designado como Black Arrow, desarrollo de la empresa Leidos Dynetics.
Según lo divulgado por la propia compañía, esta confirmó la realización de la primera prueba de lanzamiento del Black Arrow desde la compuerta trasera de carga de un AC-130J durante el pasado mes de noviembre. La noticia fue acompañada por un video de las pruebas, donde se aprecia la secuencia de lanzamiento, planeo e ignición del misil hacia las coordenadas designadas de la prueba.

Esta prueba se enmarca dentro de un acuerdo de Investigación y Desarrollo Colaborativo (CRADA, por sus siglas en inglés) formalizado entre Leidos, el Comando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos (USSOCOM) y el Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea (AFSOC).
Desde la firma presentan al Black Arrow como una “… plataforma de entrega adaptable a misiones de bajo costo, de clase 200 libras, diseñada para facilitar mejoras progresivas tanto para misiones cinéticas como no cinéticas”.

Su desarrollo fue iniciado en el año 2022 en el marco del mencionado acuerdo CRADA, el cual no solo contempla equipar a los AC-130J con nuevo armamento del tipo standoff, sino también a otras plataformas, tales como los nuevos OA-1K Skyraider II, por solo citar algunos ejemplos.
Este no es un detalle menor, ya que Leidos ha destacado que, si bien la prueba fue realizada a través del lanzamiento desde la compuerta de carga del AC-130J por medio de un Tubo de Lanzamiento por Rampa (RLT, por sus siglas en inglés), también se contempla su lanzamiento mediante sistemas tipo pallet o montado en pilones subalares tradicionales.

Con el exitoso lanzamiento registrado originalmente en noviembre, desde Leidos indicaron que se pudo demostrar la integración y compatibilidad del misil Black Arrow con “… la aeronave, el rendimiento del sistema, la transmisión de puntos de ruta, la precisión de guiado, así como la integración con el Sistema de Gestión de Combate (BMS) del Centro de Guerra de Superficie de la Armada de los Estados Unidos”. Añadieron que, en vista de los contratos vigentes con el USSOCOM, se realizarán pruebas y evaluaciones adicionales a lo largo del presente año 2025.
Por último, no debe dejarse de señalar que la adición de estas capacidades en los AC-130J podría formar parte de su operatividad futura. Esto se debe a las diversas voces que indican, en el marco del giro de prioridades que Estados Unidos está realizando hacia el Indo-Pacífico —teniendo a China como la principal hipótesis de conflictividad durante las próximas décadas—, que se contempla, en el peor de los escenarios, un conflicto a gran escala de alta intensidad, donde plataformas como el Ghostrider son vistas como incapaces de sobrevivir frente a la proliferación de sistemas de defensa aérea y aeronaves de combate furtivas.
Video del lanzamiento del misil Black Arrow:
*Fotografía de portada empleadas a modo de ilustración.
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