En medio de las protestas semanales por los haberes jubilatorios, la crisis en este sector se profundiza con la reciente medida adoptada por el gobierno nacional: el fin de la moratoria previsional. Esta medida, que estaba en vigor desde el 2023, permitió a quienes no alcanzaban los 30 años de aportes realizar pagos en cuotas para acceder a la jubilación.
El esquema de pagos para poder acceder a la prestación contributiva dejó de estar vigente el pasado domingo y, como anticipó el Gobierno, no habrá prórroga. La decisión, sin dudas, agudiza la crisis del sistema jubilatorio y se suman nuevos desafíos para las personas que aún no alcanzan el mínimo de aportes requeridos.
Los números que resultan de la medida
Según los últimos datos oficiales, 241,984 personas se verán afectadas. Principalmente porque quienes no cumplen con los 30 años de aportes obligatorios, no podrán acceder a la jubilación este año. Estos números equivalen al 60% de quienes alcanzarán la edad de retiro en 2025.
A esta cifra se le suma la creciente cantidad de jubilaciones que se otorgaron bajo esta modalidad en los últimos años, especialmente en 2024, cuando tres de cada cuatro nuevas jubilaciones fueron a través de la moratoria. De acuerdo con la Subsecretaría de Seguridad Social, no solo afecta a quienes están por jubilarse, sino también a los que ya perciben algún tipo de prestación.
A grandes rasgos, de los 7.1 millones de jubilados y pensionados en el país, más de 4.3 millones accedieron a sus beneficios a través de la moratoria. Es una alarmante cifra que revela, en la práctica, que solo cuatro de cada diez jubilados tienen los aportes completos que el sistema prevé. Las cifras son aún más preocupantes si se tiene en cuenta que una de cada diez mujeres y tres de cada diez hombres pudieron jubilarse sin recurrir a este mecanismo.
¿Un problema reciente?
Los analistas de la materia consideran que se trata de un “problema estructural” ya que el sistema previsional está profundamente endeudado. Principalmente porque una parte significativa de los fondos destinados al pago de jubilaciones proviene del presupuesto nacional.
A este contexto se le suma otra alarmante situación en la Argentina: la baja calidad del empleo formal. Para la Subsecretaría de Seguridad Social, muchos trabajadores no realizan los aportes correspondientes debido a que cuentan con un empleo “en negro” o son precarizados. La crisis previsional, entonces, es un simple reflejo de la realidad argentina y un sistema debilitado.
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