En los últimos días, el Director del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN), Carlos Sersale di Cerisano, renunció a su cargo, mediante una carta dirigida al Canciller Werthein, en medio de la creciente crisis y malestar que se percibe dentro de la Cancillería argentina. El programa de ajuste, recorte de fondos y reestructuración estatal de la administración de Javier Milei llegó también al Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. Sin embargo, el cuerpo diplomático se resiste a ello.
Recientemente, el Canciller Gerardo Werthein, tomó la decisión de suspender el ingreso de nuevos aspirantes a la carrera diplomática en el ISEN, durante el presente año. Desde Casa Rosada han apoyado y respaldado esta medida, alegando un recorte de fondos para la cartera diplomática por razones presupuestarias. No obstante, esta decisión es severamente resistida por el personal diplomático de Cancillería.
La muestra más latente de ello es la renuncia del entonces Director del ISEN, Carlos Sersale di Cerisano, quien cuenta con una vasta carrera diplomática y había sido convocado para dirigir el ISEN a fines del año 2023, cuando Javier Milei asumió la Presidencia de la República Argentina. Sersale le comunicó su decisión al Canciller Werthein, a través de una carta. En la misma, defiende su gestión al frente del Instituto del Servicio Exterior de la Nación y manifiesta sus diferencias con la actual conducción de la diplomacia argentina. “Se está por iniciar un nuevo ciclo en materia de gestión y enfoque institucional del ISEN, por lo cual es lógico y comprensible un recambio en su dirección” le expresó el ahora ex Director.
Sersale se mostró dispuesto a facilitar la transferencia del mando del Instituto al próximo Director y le detalló a Werthein cómo dejó organizada la programación de los cursos y los cuatrimestres para los becarios que ingresaron en el 2023 y 2024. Esto debido a que la formación de los ingresantes en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación comprende un período de dos años.
Los detalles de la decisión
La decisión de suspender el ingreso a nuevos aspirantes al ISEN este 2025, tomada por el Canciller y el Gobierno Nacional, no ha tenido buenas repercusiones en el ámbito diplomático. Mucho menos aún dentro de la misma Cancillería, que ha percibido el fuerte cambio de gestión, a partir de la llegada de Werthein.
El Director de Recursos Humanos de la Cancillería, Claudio Gutierrez, le comunicó la decisión a la Subsecretaria de Administración, María Cristina Dellepiane, mediante una nota interna. Se alega que el actual contexto administrativo y presupuestario fue la principal causa de esta medida. De hecho, Gutierrez le dijo que “Considerando la proyección de la planta de funcionarios y la evolución de las necesidades operativas de la Cancillería, no resulta necesario en este momento convocar a un nuevo proceso de ingreso”.
Sin embargo, no solo se presentó la cuestión presupuestaria y la necesidad de ahorrar y optimizar los recursos disponibles. Desde la cúpula de la Cancillería también se habla de la influencia del kirchnerismo en las nuevas camadas de becarios que ingresaron entre 2008 y 2015. Lo que también podría haber sido un motivo por el que el Gobierno de La Libertad Avanza decidiera suspender el ingreso de nuevos aspirantes a la carrera diplomática.

¿Crisis y malestar en Cancillería?
El programa del Instituto del Servicio Exterior de la Nación, que fue creado en el año 1963, durante el gobierno provisional de José María Guido tras severos esfuerzos, por primera vez desde su creación se ve comprometido y queda suspendido temporalmente, por razones presupuestarias de equilibrio fiscal. Esto marca un hito sin precedentes en la historia diplomática de Argentina.
Diferentes figuras del ámbito diplomático han reconocido que el ahorro que representa la suspensión del ISEN para este año es mínimo. Sin embargo, algunos diplomáticos consideran que la decisión del Gobierno se vincula fuertemente con la idea de eliminar permanentemente el ISEN, en el mediano plazo. En este sentido, es menester resaltar que la Presidencia de la Nación ha tenido una conflictiva relación con la Cancillería, desde la asunción de Javier Milei como Presidente.
Cabe recordar que el cobro de impuesto a las ganancias que el Gobierno quería adjudicar a los diplomáticos, por el costo de su vida en el exterior, llevó a que la Asociación Profesional del Servicio Exterior de la Nación (APSEN) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) judicializaran el asunto. La relación se tensaría aún más con la desvinculación de Diana Mondino de la Cancillería, la designación de Gerardo Werthein como nuevo Canciller y la referencia de Milei sobre la “casta diplomática”.

La auditoría que anunció la Oficina del Presidente de la República Argentina (OPRA) para el personal de carrera de Cancillería, con el objetivo de “identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad” agravó el panorama. En Cancillería, se respira crisis, tensión y malestar. Con este tipo de decisiones eso crece cada vez más.
La reciente medida del Gobierno Nacional de suspender la convocatoria a nuevos ingresantes al ISEN se suma a otras iniciativas de reestructuración y reorganización estatal, como ha sido el cierre y fusión de embajadas argentinas o la designación de nuevos funcionarios. La administración de Javier Milei busca reconfigurar la política exterior argentina y la representación diplomática y consular en el exterior.
Sin embargo, ¿cómo será posible hacer eso si suspende el ingreso de becarios al Instituto del Servicio Exterior de la Nación? ¿Será que los diplomáticos representan un gasto para el Gobierno? Si es así, ¿donde encontrarán jóvenes más capacitados y comprometidos con la carrera diplomática que allí? Todas estas son preguntas que el Gobierno debe empezar a plantearse si quiere desarrollar una política exterior fuerte y coherente, a largo plazo.
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