China comunicó recientemente que suspenderá las importaciones de carne vacuna de Argentina, donde dos grandes exportadores nacionales se verán ampliamente afectados. A la decisión se suma también la cancelación de importaciones de tres mataderos brasileños y una instalación uruguaya.
Entre las empresas argentinas perjudicadas se encuentran Frigorífico Regional General Las Heras SA y Frio Dock SA. Y si bien no se ofrecieron razones por parte de China en torno a la medida, el 2024 se alcanzó un récord de 2.87 millones de toneladas métricas de importaciones de carne vacuna, lo que podría ser el motivo principal. Más que nada porque se estima que las cifras provocaron un exceso de oferta y precios internos históricamente bajos en los mercados chinos.

Por lo pronto, es posible afirmar que las suspensiones se producen en medio de una investigación en curso del Ministerio de Comercio de China sobre el aumento de las importaciones. Sin embargo, la medida podría afectar ampliamente a la Argentina por dos motivos: China es el mayor importador de carne vacuna del mundo -siendo el segundo socio comercial del país-, y Argentina cuenta con un sector agrícola-ganadero tan amplio y productivo que es el que mayor aporta al desarrollo económico de la Nación.
A estas dinámicas se suma que China ha implementado un arancel del 10% sobre la carne vacuna de Estados Unidos. Y si bien no era posible confirmar que la medida que también se amplíe a otros países, denota los esfuerzos de Pekín en estabilizar su mercado interno y promover la competitividad sin depender tanto de las importaciones.

Desde Argentina, el Frigorífico Regional General Las Heras SA de Argentina destacó que a lo largo del 2024 se enfrentaron a diversos problemas con el tipo de cambio y limitaciones operativas que los hicieron cerrar la industria por un mes. Esto generó que el ritmo de producción sea menor que antes y que algunas entregas se retrasen. “Hemos cobrado algunos anticipos y estamos trabajando a diario para cumplir estos contratos. Obviamente, sus demandas son urgentes, y el matadero tiene una tasa de sacrificio que puede satisfacer esas demandas a un ritmo inferior al que tenía antes. Hoy, el negocio con China no (…) funciona como antes porque tenemos un tipo de cambio muy atrasado”, afirmaron desde la planta.
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