Datos recopilados por la Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera (FULASP) afirman que el sector pesquero de Argentina se encuentra en una crisis sin precedentes. Según el estudio realizado, el proceso de extracción y procesamiento ya es más costoso que las ganancias; además, 9 de las 10 principales especies de captura muestran un crítico escenario estructural.
El organismo internacional comunicó que la industria pesquera en Argentina está en un punto crítico debido a una multiplicidad de factores económicos, políticos y sociales, que erosionaron la sostenibilidad y rentabilidad. Pero la crisis argentina se engloba en un contexto mundial, donde los indicadores de la pesca a nivel internacional también se encuentran a la baja.

Según FULASP, la política cambiaria de Argentina de los últimos 14 meses terminó de erosionar los intentos de crecimiento del sector pesquero. Los aumentos en el tipo de cambio, el descenso en los valores de exportación, la presión impositiva del gobierno, son algunas de las problemáticas que, en conjunto, han llevado a esta crítica situación.
A estos problemas estructurales se le suma que nueve de las diez especies que totalizan el 93% de la pesca nacional están “en una crisis estructural”. El informe destaca que la industria en Argentina registró una captura total de 821.504,3 toneladas durante 2024. Continúa la dependencia del sector sobre la Merluza hubbsi, el Langostino y el Calamar Illex, que en conjunto representan 81,63% del total capturado.

La investigación de FULASP remarca que esta crisis surge en un escenario peculiar: existen recursos y demanda, pero el precio internacional fijado por el mercado para cada una de las especies hace “imposible abordar esos valores con los costos operativos” que hoy tiene la industria argentina en extracción y desarrollo de la cadena de valor. En otras palabras, los márgenes de ganancia para los pescadores son muy bajos y los costos son muy altos.
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