La Dirección de Remonta y Veterinaria del Ejército Argentino decidió permutar camionetas que “ya no son de utilidad” por insumos sanitarios para restaurar los baños de sus instalaciones ante la falta de presupuesto, a través de un concurso público. Según el documento oficial, esta medida busca “detener el deterioro de las instalaciones”.
Ante la falta de fondos para la realización de obras de mantenimiento y restauración, esta medida para el Ejército se torna indispensable. El Estado adjudica cuatro vehículos, en estado de deterioro, a cambio de 22 griferías, 20 inodoros, 14 mingitorios, 9 bidets y otros sanitarios.
La iniciativa de la Dirección de Remonta y Veterinaria del Ejército refleja la crisis en que esta institución se encuentra inmersa. La escasez de recursos en el seno de las Fuerzas Armadas en general no es una novedad ni tampoco una primicia, pero pone nuevamente en jaque la gestión de los recursos del Ejército.
A pesar de que la permuta de bienes en desuso es un procedimiento contemplado dentro del ámbito de la administración pública, el hecho de que el Ejército deba tomar una decisión de semejante magnitud para restaurar los baños de sus instalaciones, debido a la falta de presupuesto para infraestructura, es difícil de evaluar.
Más dudas que certezas
Urge preguntarse, entonces, si no existe otra forma de financiar la obra de restauración sanitaria, sin la necesidad de permutar vehículos oficiales, a pesar de “estar en desuso” y de su “estado de deterioro”. ¿Y si la gestión de recursos del Ejército está siendo erróneamente administrada?
Todo ello evidencia las consecuencias a las que tienen que enfrentarse las instituciones del Estado ante dos cuestiones: por un lado, la falta de presupuesto, formulado por el Poder Ejecutivo; por otro lado, la deficiente gestión de los recursos disponibles.
Si hay algo de lo que no cabe duda alguna es que la gestión de una institución estatal no puede hacerse sin financiamiento. La política de gobierno que busca asentar la administración de Javier Milei desde el 10 de diciembre de 2023, con Caputo y Sturzenegger a la cabeza, comienza a afectar a ciertas instituciones del Estado. Al parecer, el Ejército ya es una de ellas.
Hoy se trata de vehículos, pero ¿qué se permutará mañana si hay que cubrir otras necesidades y no hay presupuesto, o si las partidas de fondos disponibles son erróneamente gestionadas por las autoridades correspondientes?
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