Fuentes de The New York Times afirmaron que la administración Trump está intensificando sus esfuerzos para detener la inmigración indocumentada mediante el uso de instalaciones militares en todo Estados Unidos, en lo que se considera una escalada significativa en la militarización de la aplicación de las leyes de inmigración.
El equipo presidencial está desarrollando, por ejemplo, un centro de deportación en Fort Bliss, cerca de El Paso, Texas, que en una fase inicial podría albergar hasta 1.000 inmigrantes indocumentados mientras esperan ser deportados, con la posibilidad de expandirse para llegar a retener a miles más, según tres funcionarios familiarizados con el plan.
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La estrategia, que apunta a replicarse en sitios militares distribuidos en estados desde Utah hasta el área de las Cataratas del Niágara en Nueva York, busca contrarrestar la falta de espacio en las instalaciones tradicionales del ICE. De acuerdo con The New York Times, este nuevo enfoque se fundamenta en la promesa hecha por Trump durante su campaña y su mandato, en la que se comprometió a confiar cada vez más en el Pentágono para llevar a cabo deportaciones masivas.
Históricamente, gobiernos anteriores han utilizado bases militares como puntos de retención para ciertos grupos de inmigrantes, por ejemplo, en situaciones de emergencia cuando los refugios del gobierno federal alcanzaron su capacidad máxima. Sin embargo, el plan actual de la administración Trump implicaría la creación de una red nacional de centros de detención en sitios militares, lo que marcaría una expansión sin precedentes en el uso de recursos militares para la aplicación de la ley migratoria.
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Entre los desafíos que enfrenta este plan se encuentra la escasez de camas en las instalaciones del ICE, que en las últimas semanas ha resultado en la detención de unas 40.000 personas en prisiones privadas y locales, cifra inferior a la observada en la primera administración Trump. Además, los críticos señalan que la detención prolongada de inmigrantes en entornos militares podría generar condiciones de confinamiento inadecuadas y provocar un escrutinio adicional sobre el trato que reciben los detenidos.
Stephen Miller, subdirector de gabinete de Trump, subrayó en una conferencia de prensa en la Casa Blanca que “ha abierto la Bahía de Guantánamo y está utilizando aviones militares para llevar a cabo deportaciones en todo el país”, reforzando la intención de la administración de aprovechar los activos del Departamento de Defensa para abordar la actual crisis migratoria.
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