La reciente desaparición de Lian Flores Soraides, un niño visto por última vez el 22 de febrero en Córdoba, ha desatado grandes preocupaciones en Argentina, planteando interrogantes sobre la seguridad fronteriza y la trata de niños en el país y la región. Aproximadamente 124 niños están registrados como desaparecidos en Argentina según Missing Children, de los cuales 42 fueron menores en su momento.
Esta situación ha llevado a pensar en que el sistema de control fronterizo, junto a la amenaza constante de la trata de personas, es mucho más frágil de lo que se cree. Según la presidenta de Missing Children, la frontera argentina es “permeable” y “fácil de atravesar” para “sacar un niño del país”. Aunque aún no se conoce el paradero de Lian, muchos creen que podría ser otro caso más de desaparición y salida del país ilegalmente.
Frente a este contexto, Argentina ha optado por implementar diversos mecanismos de acción. Por ejemplo, junto a Paraguay se firmó recientemente un acuerdo de cooperación para el despliegue de Fuerzas Armadas en la frontera. Titulada “Declaración de Clorinda”, se busca fortalecer la bilateralidad en materia de defensa y seguridad con un enfoque en la custodia de las fronteras y la lucha contra organizaciones criminales.
“Desde hace mucho tiempo los peligros que enfrentan nuestros Estados tienen que ver con organizaciones terroristas, criminales transnacionales que no reconocen los límites de las fronteras, que operan en la región y en el mundo, que tienen ilimitados recursos productos de los negocios espurios e ilícitos. Si queremos vencerlos necesitamos tener una región organizada y estos son los pasos que nos permiten decir que vamos a vencerlo”, declaró el titular de Defensa, Luis Petri, al momento de la firma.
No obstante, resta pensar si estos mecanismos implementados son efectivamente suficientes para hacer frente a las amenazas transnacionales, como la trata de personas. Al fin y al cabo, la eficacia de estas iniciativas depende de la correcta implementación de acciones concretas.
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