La principal capacidad de EE.UU. desplegada en Medio Oriente, el portaaviones USS Harry S. Truman, ha sido sometido a reparaciones tras el accidente de la semana pasada. El buque de la Armada estadounidense quedará en Grecia bajo el poder de la U.S. Naval Support Activity (NSA) de Bahía Souda para realizar los arreglos correspondientes.
Cabe recordar que el pasado 12 de febrero al mediodía, el portaaviones clase Nimitz colisionó con el Besiktas-M, un granelero de 188 metros de eslora y de bandera panameña. El incidente ocurrió en el Mediterráneo, en aguas próximas al Canal de Suez frente al puerto egipcio de Port Said.
Inicialmente no se reportaron daños graves, ni en el buque estadounidense ni en el mercante Besiktas M. No obstante, la Armada estadounidense llevará a cabo una inspección completa de las zonas dañadas y elaborará un plan de reparación posteriormente. Se espera que se trabaje en la pared exterior de dos almacenes y un espacio de almacenamiento, así como también en la cola de ventilador.
En palabras del capitán Dave Snowden, comandante del Harry S. Truman, “aunque el buque está plenamente capacitado para su misión y ha llevado a cabo operaciones de vuelo tras la colisión, su llegada a puerto para efectuar reparaciones urgentes le permitirá continuar su despliegue según lo previsto”. Puntualmente, el portaaviones se encontraba en un despliegue de 50 días en Medio Oriente.
La noticia se transforma en un infortunio para EE.UU., que en el USS Harry S. Truman deposita su principal presencia en la región. Realizando operaciones de seguridad y defensa, el portaaviones le permite a Washington proyectar su poder aéreo y realizar misiones de combate en un plataforma móvil en áreas de vital precisión. Sin él, EE.UU. pierde en Medio Oriente su capacidad para mantener la estabilidad y la seguridad en Medio Oriente.
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