Ante las presiones de Donald Trump a los líderes de la Unión Europea y los países miembros de la OTAN para que refuercen su compromiso con la alianza militar transatlántica, un informe del medio Bloomberg Economics reveló que la reconstrucción de los ejércitos de Europa podrían costar más de 3 billones de dólares en la próxima década.
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El punto de inflexión que marcó la llamada entre Trump y Putin
El miércoles, Trump mantuvo una conversación con Vladímir Putin, dando inicio al proceso para posibles negociaciones de paz, justo cuando su secretario de Defensa explicaba a sus aliados europeos que serán ellos quienes deberán asumir la mayor parte de la carga en cualquier eventual acuerdo.
Un compromiso de esta magnitud revelaría fisuras que la UE ha intentado disimular durante años. Sin embargo, con un petroestado autoritario representando una amenaza en sus fronteras orientales y una creciente sensación de que no pueden depender de la Casa Blanca, el costo de la inacción podría resultar aún más alto.
Ante esto, algunos líderes y numerosos funcionarios de seguridad han advertido que, si Europa no logra establecer una disuasión efectiva frente a la amenaza de Rusia, Putin intensificará sus esfuerzos para debilitar e incluso desestabilizar tanto a la UE como a la OTAN.
La debilidad de los ejércitos de Europa frente a Rusia
Los funcionarios europeos quedaron sorprendidos por la llamada de Trump a Putin, una jugada diplomática clave que tomó por sorpresa a varios aliados, según afirmaron dos fuentes. Otro alto funcionario europeo que respalda a Ucrania calificó la acción como una traición, argumentando que Estados Unidos está concediendo a Putin puntos fundamentales incluso antes de que inicien las negociaciones. Estos acontecimientos evidenciaron la magnitud del reto que enfrenta Europa, para el cual, en este momento, no parece estar preparada.
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Rusia cuenta con una ventaja significativa en términos de personal militar sobre Europa, y su economía de guerra le permite producir proyectiles y otros equipos militares en cantidades superiores a las necesidades de su ejército en el frente ucraniano, según un alto funcionario europeo.
Mientras tanto, los países de la UE debaten si deberían limitar sus adquisiciones a proveedores europeos —que no podrán abastecer ciertos armamentos en los próximos años— o si deberían recurrir a fabricantes británicos o estadounidenses. Algunos han señalado que el bloque debería priorizar la inversión en infraestructura vial en lugar de destinar más fondos a la artillería.
Las exigencias de EE.UU. presionan a los países europeos
Aunque la administración estadounidense ha manifestado su intención de alcanzar un acuerdo duradero, los europeos temen que Trump llegue a un pacto con Putin antes de que puedan influir en su postura. Para muchos, la conversación del miércoles reforzó esas inquietudes.
Mientras Trump y Putin dialogaban, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, presentaba en Bruselas la postura de Estados Unidos ante sus homólogos de la OTAN. Hegseth afirmó que resulta poco realista pensar en una adhesión de Ucrania a la alianza occidental o en la recuperación total de los territorios ocupados desde 2014, y dejó en claro que Estados Unidos no enviará tropas para una misión de mantenimiento de la paz.
Además, Hegseth expresó su confianza en que la OTAN se fortalecerá, siempre y cuando los países europeos cumplan con su parte. “Esto no sucederá así como así”, advirtió. “Requerirá que nuestros aliados europeos entren en escena y se apropien de la seguridad convencional en el continente”.
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