El Senado de Estados Unidos confirmó a Tulsi Gabbard como directora del Servicio de Inteligencia Nacional, con una votación de 52 votos a favor a 48 en contra. Este nombramiento, impulsado por el presidente Donald Trump, suscitó un intenso debate debido a la trayectoria y posturas de Gabbard en política exterior.
Tulsi Gabbard, de 43 años, es una veterana estadounidense de la Guardia Nacional del Ejército y excongresista demócrata por Hawái. Participó en las primarias presidenciales demócratas de 2020 y, en 2022, abandonó el Partido Demócrata, declarando su independencia política. Recientemente, se unió al Partido Republicano y se convirtió en una destacada aliada de Trump.
Durante su tiempo en el Congreso, Gabbard se destacó por sus posiciones no intervencionistas y críticas hacia ciertas políticas exteriores de Estados Unidos. En 2017, se reunió con el presidente sirio Bashar al-Assad, una acción que generó controversia y críticas entre demócratas y republicanos. Además, expresó reiteradas opiniones que algunos consideran alineadas con la propaganda rusa, especialmente en relación con la guerra en Ucrania.
Lo cierto es que la confirmación de Gabbard enfrentó resistencia tanto de demócratas como de algunos republicanos. El senador Mitch McConnell fue el único republicano que votó en contra, citando preocupaciones sobre su preparación para liderar la comunidad de inteligencia. Sin embargo, otros senadores republicanos, tras reuniones privadas, respaldaron su nominación, confiando en sus promesas de despolitizar y refocalizar las agencias de inteligencia.
Como Directora de Inteligencia Nacional, Gabbard supervisará 18 agencias y departamentos de espionaje, incluyendo la CIA y la NSA. Uno de sus principales desafíos será restaurar la confianza en la comunidad de inteligencia y garantizar que las evaluaciones se realicen sin influencias políticas.
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