En línea con los nuevos cambios llevados a cabo por el Pentágono en relación a su estrategia frente a China, el nuevo Secretario de Defensa de los EE.UU., Pete Hegseth, ha ordenado a la Fuerza Aérea pausar sus planes de reorganización enmarcadas en el programa denominado “Reoptimización para la Competencia entre Grandes Potencias”. Entre los aspectos mas destacados del mismo, ahora puesto en suspenso, se hallan las labores del recientemente creado Comando de Capacidades Integradas, organismo encargado de la planificación y supervisión de los procesos de desarrollo de las nuevas plataformas que incorporará la institución.
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La noticia fue confirmada a medios especializados estadounidenses por un portavoz del Departamento de la Fuerza Aérea, quién manifestó: “El 6 de febrero, el Secretario de Defensa ordenó al Departamento de la Fuerza Aérea que pausara todas las acciones de planificación relacionadas con sus esfuerzos de Reoptimización para la Competencia entre Grandes Potencias. La pausa en la planificación sigue vigente hasta que un Secretario y un Subsecretario de la Fuerza Aérea confirmados por el Senado estén en funciones y tengan la oportunidad de revisar las iniciativas.“
Cabe destacar, que la orden de pausar los principales planes de reorganización de la Fuerza Aérea estadounidense pondría bajo estricta revisión los 24 puntos expresados como objetivos del programa antes mencionado, el cuál fue anunciado en el año 2024 por el entonces secretario de la fuerza, Frank Kendall. En aquel momento, las cúpulas de la insitución manifestaron que el Departamento de la Fuerza Aérea no estaba preparado adecuadamente para disuadir, y llegado el caso a contrarrestar, con efectividad la amenaza que representa China, siendo necesaria una nueva planificación que lo adecúe a las necesidades actuales.
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Repasando algunos de los frutos de dicho trabajo, fue formado el ya mencionado Comando de Capacidades Integradas en el caso de la USAF como principal respuesta, ordenándose también el aumento de las cantidades y escalas de los ejercicios de adiestramiento realizados por la institución en el Pacífico. Entre otras medidas estipuladas, se apunta a que se lleven a cabo mejoras en los procesos de formación profesional de futuros efectivos de la fuerza, algo que ya está en marcha con el establecimiento de la nueva Escuela de Formación de Suboficiales; misma que ya graduó a su primera camada de cadetes. Además, en el caso de los oficiales, se modificaron los programas de formación para incluir cursos relacionados con operaciones cibernéticas, de inteligencia y espaciales.
En el caso de algunas de las iniciativas mencionadas, el portavoz consultado por medios locales afirmó que la suspensión ordenada por el secretario Hegseth no necesariamente implica que sean revertidas, notándose por ejemplo que los planes de llevar a cabo el importante ejercicio Resolute Force Pacific con más de 300 aeronaves involucradas seguiría en pie. Existen, sin embargo, otros puntos que quedan sujetos a cuestionamientos respecto de su continuidad.
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Siguiendo esa línea, se desconoce que será del futuro del Comando de Capacidades Integradas, el cuál debía alcanzar su capacidad operativa plena este mismo año. En suma, se han suspendido los planes de reorganización del Mando de Material de la Fuerza Aérea, el cuál estaba en proceso de delinear nuevos “centros de sistemas”, siendo ejemplos ilustrativos los llamados Centro de Sistemas de Dominio de la Información y el Centro de Sistemas Nucleares; ambos en etapa de planificación. Otra de las cuestiones que también quedan sujetas a dudas, se observa en la reconversión del Comando de Educación y Entrenamiento Aéreo en el nuevo Comando de Desarrollo de Aviadores, con la consecuente renovación de los medios para desempeñar su labor.
Por lo pronto, si nos mantenemos la lógica establecida respecto de una suspensión con efecto hasta la llegada de nuevas autoridades para la Fuerza Aérea, el panorama resulta cuánto menos desalentador para una reanudación rápida de estos procesos. Resulta útil traer a colación en este punto, que el recambio de puestos en el Departamento de Defensa estadounidense requiere de 63 nuevos nombres, mientras que la nueva administración ha presentado sólo a 14 de ellos. Entre este listado reducido, se encuentran el potencial futuro secretario de la USAF, Troy E. Meink, y su subsecretario, Matthew Lohmeier. Al igual que los otros 12 nombres incluídos, estos se mantienen a la espera de la aprobación emitida por el Comité de Servicios Armados del Senado y la posterior confirmación en el pleno, aunque no se reporta que las audiencias correspondientes estén ya programadas.
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A la par que esto ocurre, es interesante observar como el gran adversario estipulado en los esfuerzos de reorganización de la Fuerza Aérea de EE.UU., su par china, da pasos firmes en la modernización de los programas de formación de sus futuros efectivos y en la incorporación de nuevo material. Tal y como reportábamos en el pasado mes de noviembre, la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación renovó los programas de estudio de sus pilotos a fines de reducir los tiempos necesarios para su graduación, además de avanzar en la incorporación de aviones de entrenamiento de cuarta generación Hongdu JL-10 para dar un importante salto de capacidades en relación a los aviones basados en el modelo MiG-21 soviético.
Agregado a ello, en materia de avances tecnológicos, la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación avanza a un ritmo “increíblemente rápido” (palabras de Andrew Hunter, Subsecretario de Adquisiciones, Tecnología y Logística de la USAF) en el desarrollo del futuro caza de sexta generación, incluso al punto de poder llegar a adelantar los propios desarrollos estadounidenses. Dos pruebas de vuelo fueron observados en diciembre de 2024 para dar cuenta de esta cuestión, siendo el primer caso un posible cazabombardero furtivo que fue visto sobrevolando instalaciones de la Chengdu Aircraft Corporation y el segundo un vuelo similar sobre las instalaciones de Shenyang.
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*Imagenes empleadas a modo ilustrativo
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