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Informes exponen un cambio de la estrategia de Rusia mientras Ucrania presiona con el despliegue de los F-16

Según un informe del experto en aviación Anatoliy Khrapchynskyi, Rusia ha modificado recientemente sus tácticas de ataque con misiles durante las operaciones nocturnas en Ucrania, en respuesta al despliegue de los aviones F‑16, que han reforzado las defensas aéreas ucranianas.

En declaraciones a Suspilne, Khrapchynskyi explicó que el 11 de febrero las fuerzas rusas iniciaron su ofensiva lanzando drones de ataque tipo Shahed, seguidos de misiles de crucero y balísticos, entre ellos los Kalibr, dirigidos de forma concentrada a un único objetivo, dificultando la tarea de los sistemas de defensa aérea ucranianos.

Lanzamiento del misil ruso Kalibr. Foto: Ministerio de Defensa ruso.

Khrapchynskyi indicó que, en comparación con el uso previo de misiles de crucero estratégicos como el Kh‑101 y el Kh‑555, los rusos han optado por utilizar los misiles Kalibr restantes de los barcos de la Flota del Mar Negro, complementándolos con misiles balísticos. Además, el experto señaló un aumento en el empleo de misiles de crucero lanzados desde aviones tácticos, como los Kh‑59 y Kh‑69, lo que complica aún más la interceptación por parte de las defensas ucranianas.

El especialista subrayó la importancia de que Ucrania refuerce sus capacidades de defensa aérea con sistemas como el Patriot y el SAMP‑T. Foto: Bernd Wüstneck/dpa/picture alliance.

Asimismo, destacó que la llegada de los F‑16, una medida que ha permitido a Ucrania interceptar rápidamente misiles de crucero y que ha sido corroborada en otros informes, donde se destacó incluso el éxito de un F‑16 en destruir seis misiles crucero durante un ataque ruso, ha obligado a Rusia a centrar sus ataques en zonas de primera línea y fronterizas, donde las vulnerabilidades son más evidentes. Además, el experto señaló que los rusos están apuntando de forma precisa a los sistemas de defensa aérea en estas áreas, en un intento por desactivarlos.

Estos cambios en la táctica rusa se enmarcan en un escenario en el que el refuerzo de la fuerza aérea ucraniana, con la incorporación de nuevos F‑16 cedidos por países aliados, ha influido en la estrategia de ataque, obligando a los invasores a replantear sus métodos para superar las defensas mejoradas.

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