Canadá busca reforzar su presencia en el Ártico en un contexto de creciente tensión geopolítica, donde existe un consenso entre las iniciativas oficiales y propuestas de la oposición con respecto a la importancia de esta región. Tal como subrayó Escenario Mundial en el día de ayer, a raíz de la amenaza percibida de Rusia, el líder de la oposición, Pierre Poilievre, ha planteado recortar drásticamente la ayuda exterior para financiar la construcción de una nueva base militar en la región.
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Según informó The Guardian, la propuesta de Poilievre se enmarca en una coyuntura en la que Canadá está reforzando su presencia militar y diplomática en el extremo norte para contrarrestar amenazas rusas, donde los planes oficiales canadienses contemplan el despliegue de nuevos buques de patrulla, destructores navales, rompehielos, submarinos y el incremento de aviones y drones. Estas medidas, que se implementan en coordinación con Estados Unidos, forman parte de una nueva doctrina militar que busca modernizar las defensas continentales y mejorar la vigilancia de los accesos septentrionales mediante nuevos sensores y satélites marítimos.
¿A qué se debe este interés de Canadá por el Ártico?
Con más del 40% de su territorio y el 70% de su costa en el Ártico, Canadá considera a la región fundamental tanto para sus ciudadanos como para los pueblos indígenas que en ella habitan. Las políticas oficiales, plasmadas en el Marco de Política para el Ártico y el Norte (ANPF) y en la reciente Política Exterior del Ártico, buscan abordar los desafíos del cambio climático, promover el desarrollo económico sostenible y posicionar a Canadá como líder en ciencia e investigación en el polo norte.
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La iniciativa de Poilievre, que se suma a las declaraciones de que “el Ártico ya no es una región de baja tensión”, refleja el debate interno sobre la mejor forma de proteger y aprovechar los vastos recursos y rutas de transporte que se abren debido la potencial beligerancia dentro de la región. Mientras el Gobierno, encabezado por Trudeau, apuesta por una estrategia basada en la cooperación internacional y el desarrollo sostenible, la oposición propone una reorientación del gasto exterior para incrementar la capacidad militar en el norte, en un escenario en el que otros países poderosos también buscan consolidar su presencia militar allí.
Con estas acciones, Canadá quiere posicionarse en el centro de una competencia estratégica que dará mucho de que hablar, en la que la modernización de sus capacidades militares y la profundización de sus vínculos diplomáticos y de cooperación con aliados nórdicos y otros estados clave son vistas como medidas esenciales para asegurar la soberanía y la estabilidad en el Ártico.
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